Los defensores de la lengua valenciana somos pocos, o eso parece. No sé si podría volver a repetirse aquella histórica manifestación del 13 de junio de 1997. Ahora ha fallecido Juan Ferrando Badía y ello significa que somos uno menos. Todos los medios se han hecho eco de su muerte, pero la mayoría ha obviado comentar la que fue una de sus grandes pasiones, la lengua valenciana. No sé si tildar de falta de respeto esta actitud, el detalle de dar poca importancia a lo que para él tuvo mucha. Tampoco quisiera dar la impresión de que mi contribución a la defensa del idioma valenciano tenga tanta importancia como la suya. Me limito simplemente a militar en el mismo bando que él en este aspecto. Antes había muerto otro gran valedor del valenciano, como fue Xavier Casp, que supo renunciar al grandísimo sueldo que tenía en la AVL, para no participar en la labor de exterminio de la lengua valenciana, algo que otros, que tienen una mayor holgura económica que tuvo el eximio poeta. Francisco Camps, el presidente de la Generalidad, declaró en el entierro de Juan Ferrando Badía que había tenido la suerte de ser discípulo suyo. Si el pío Camps hubiera aprendido algo, no hubiera participado en la creación de la AVL, ni en el engaño a Xavier Casp para que la presidiera. Y, en cualquier caso, si lo hubiera hecho por estar tan engañado como lo estuvo Xavier Casp la hubiera disuelto en cuanto hubiera abierto los ojos. La realidad es que habiendo sido discípulo de Juan Ferrando Badía no ha aprendido ni a respetar al idioma valenciano ni a respetar el amor a la verdad. El PP de Castellón ha retirado la propuesta de dedicarle una calle a José María Guinot Galán, que la merece mucho más que todos los catalanistas que sí la tienen. No quisiera dejar de mencionar de entre quienes dedican mucho tiempo y mucho esfuerzo a la defensa del idioma valenciano a Joan Ignasi Culla. Cabría dar noticia también de que la Consejería de Cultura de la Generalidad Valenciana ha denegado una subvención de 750 euros al Grup Cultural Ilicità y hay que decir claramente que no se hubiera atrevido a denegársela en el caso de que se hubiera tratado de un grupo catalanista.
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