domingo, 23 de diciembre de 2007

El respeto a las instituciones

Manuel Marín, al que ya le queda poco como presidente del Congreso, ha concedido una entrevista al diario El País, de la que cabe destacar su afirmación de que los políticos españoles no respetan las instituciones. Supongo que esta afirmación es creída sin más por la mayoría, dado lo evidente de la misma. Esto lleva a la evidencia de que la política española se ha convertido en un nido de patanes. Baste recordar que recordar que bastante antes de que se acabe el mandato del actual presidente del Congreso, ya se ha dicho que el próximo será José Bono, ese demagogo con el que Zapatero quiere engañar a los votantes de centro; y digo engañar porque los políticos nos tratan como si los votantes fuéramos caracoles a los que hay que hacer salir del cascarón. No me olvido de que el gesto de enseñar a José Bono puede ser muy eficaz, electoralmente hablando, pero adolece de una total falta de elegancia. Si en la política española reinaran el señorío y el sentido común, ni al más lerdo de los diputados le cabría ninguna duda de que hay que preservar las instituciones por encima de todo. Lo cierto es que las instituciones, o buena parte de ellas, ya llegaron muy tocadas a esta legislatura, durante la cual no sólo no se ha hecho ningún esfuerzo para remediar la situación, sino que se ha atacado a la línea de flotación de las que aún conservaban algún prestigio. Cabe suponer que nuestros políticos, o la mayor parte de ellos, llegan a la política con buenas intenciones, aunque haya quien sospeche que, al menos, algunos lo que quieren es enriquecerse. Suelen olvidar, sin embargo, ese útil refrán que dice que el infierno está empedrado de buenas intenciones. Antes de intentar hacer un bien deberían preocuparse por averiguar las consecuencias que podría tener su acción, no fuera a ser que provocaran una catástrofe mucho mayor que el bien que pretendían hacer. Eso es exactamente lo que viene ocurriendo en España, legislatura tras legislatura. Llegada la hora de votar, convendría tener en cuenta a aquellos políticos que pretendan recuperar la fe en las instituciones.

No hay comentarios: