Los Papas valencianos hablaban valenciano, por mucho que algún jesuita, torticeramente, haya dicho lo contrario. Porque ni el hecho de que Miguel Batllori fuera clérigo, ni el que fuera erudito garantizan que dijera la verdad. En el caso del idioma que hablaban los Papas valencianos es evidente la mentira, como demuestra Joan Ignasi Culla. El actual Papa permitió que llenaran de lujo la habitación que tenía que usar en Valencia durante una sola noche, cuando tantos pobres se ven obligados a dormir debajo de los puentes del antiguo cauce del Turia. Consintió que pusieran un palco VIP para seguir la misa que ofició en uno de esos puentes preparado al efecto. Y habló en valenciano. Ese mismo Papa, durante la ceremonia de beatificación de los mártires de la guerra incivil española, obvió el valenciano, no así el resto de las lenguas españolas. La religión católica, no obstante, llama a reverenciar la verdad, que ciertamente está por encima de jesuitas embusteros y Papas amantes del lujo y la hipocresía. Baltasar Bueno, por su parte, cuenta, en el periódico que dirige, que Rambla, sin duda que por orden del pío Camps, lo ha discriminado, ya que ha puesto un anuncio en todos los periódicos excepto en el suyo. La cosa es grave por dos motivos, porque el anuncio está pagado con dinero público y porque, al discriminar a un medio, el gobierno valenciano demuestra su arbitrariedad. Si discrimina a alguien, puede discriminar a otro en cualquier momento. Por otro lado, el motivo por el que se muestra cicatero y mezquino con Valéncia hui es precisamente que este periódico, el único de capital totalmente valenciano, defiende al idioma valenciano, el que trata de hacer desaparecer el maquiavélico Camps, aunque en su propaganda diga otra cosa. La hipocresía nunca pasa de moda. Joan Ignasi Culla, por su parte, menciona algo que también llamó la atención a Martín Domínguez Barberá, según consta en la entrevista que le hizo Francisco Pérez Puche, que publicó en su libro Hasta aquí llegó la riada. En Valencia se construyeron entonces La Lonja, Las Torres de Cuarte, las Atarazanas, el Miguelete, el actual Palacio de la Generalidad, etc. Fue el tiempo del Siglo de Oro de las letras valencianas. Valencia tenía la voluntad de ser una de las grandes ciudades europeas. Eso se frustró luego por otras causas, que también apunta Martín Domínguez en esa entrevista. Como demuestra Joan Ignasi Culla, la lengua valenciana era oficial en el Vaticano.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con todo, excepto con lo del Idioma Valenciano, Lengua Valenciana. Y ya sabes por dónde voy.
Publicar un comentario