Lo que viene poniendo de manifiesto Peter Innes, con su proceder, es que está fuera de su alcance ponerse en el sitio de los demás. De su hija, Victoria Solenne, por ejemplo. ¿Le importa el sufrimiento de la niña? Lo que viene demostrando es que no le importa en absoluto. ¿Qué opinión cree que tendrá la niña de quien ha hecho tanto daño a su madre? Pues tampoco parece que le preocupe demasiado. Lo que desea es ver derrotada y hundida a la familia Carrascosa.
Pero Peter Innes y el juez Venezia demuestran que el estado la niña no les preocupa demasiado. Saben que está muy bien atendida. Y lo que no quieren es que María José pueda disfrutar de la infancia de su hija. Eso es lo que dan a entender los jueces de Nueva Jersey y el progenitor, que no padre, de Victoria Solenne. Los defensores de Peter Innes, en los comentarios que suelen dejar en los periódicos sobre este asunto, no demuestran tener buenos sentimientos ni amor por la justicia. Al parecer están despechados por algo y basta con que María José Carrascosa sea madre y los jueces españoles hayan fallado a su favor para que le deseen todos los males del mundo. Pues no tendrá todos esos males, porque el peor mal de todos es ser una persona perversa y ella evidentemente no lo es.
Peter Innes pidió una sentencia “ejemplar”, y luego que la declaren “presa de alto riesgo” y que la deporten. Paralelamente, se presenta ante la opinión pública española como un corderito inocente. No le llega ni a la suela de los zapatos a María José.
¡Ah!, pero ha tropezado con un abogado que tiene un mostacho como la copa de un pino; y que está esperándolo, parapetado tras sus bigotes, que es tanto como decir de su sapiencia, para poner de relieve las carencias suyas, las del tal Peter Innes. Carece de humanidad, de empatía, de sinceridad, de vergüenza, de sensibilidad, de responsabilidad, etc.
Pero Peter Innes y el juez Venezia demuestran que el estado la niña no les preocupa demasiado. Saben que está muy bien atendida. Y lo que no quieren es que María José pueda disfrutar de la infancia de su hija. Eso es lo que dan a entender los jueces de Nueva Jersey y el progenitor, que no padre, de Victoria Solenne. Los defensores de Peter Innes, en los comentarios que suelen dejar en los periódicos sobre este asunto, no demuestran tener buenos sentimientos ni amor por la justicia. Al parecer están despechados por algo y basta con que María José Carrascosa sea madre y los jueces españoles hayan fallado a su favor para que le deseen todos los males del mundo. Pues no tendrá todos esos males, porque el peor mal de todos es ser una persona perversa y ella evidentemente no lo es.
Peter Innes pidió una sentencia “ejemplar”, y luego que la declaren “presa de alto riesgo” y que la deporten. Paralelamente, se presenta ante la opinión pública española como un corderito inocente. No le llega ni a la suela de los zapatos a María José.
¡Ah!, pero ha tropezado con un abogado que tiene un mostacho como la copa de un pino; y que está esperándolo, parapetado tras sus bigotes, que es tanto como decir de su sapiencia, para poner de relieve las carencias suyas, las del tal Peter Innes. Carece de humanidad, de empatía, de sinceridad, de vergüenza, de sensibilidad, de responsabilidad, etc.
1 comentario:
.Se nota que fue edificante la manifestación por María José Carrascosa, el caso lo ameritaba.
Si es urgente que se tomen medidas para dar una lección a Petter Innes por las barbaridades que ha realizado y ha dicho para justificar sus vandálicas acciones. El pretender quitarle a María José a su hija, es inhumano, al igual que dejar a la madre en la cárcel injustamente.
Que siga el apoyo solidario.
AnnaTeresa
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