jueves, 18 de febrero de 2010

Aído (o el derroche)

Amaneció ayer la prensa con una noticia sobre la subvención del ministerio de Aído para hacer un estudio sobre el clítoris y Juliana alega que la prensa de derechas no ha leído la letra pequeña de la ley. Otros periódicos de la izquierda apuntan, con regocijo, que a la derechona todavía le asustan cierto tipo de palabras.
Esto no es cierto. Es público y notorio que la condesa no tiene pelos en la lengua y que Camps utiliza el huevo como unidad de medida. A Rajoy lo debe de querer cinco huevos por lo menos, y a su mujer ya ni se puede calcular. Pero esas no son sino maneras de desviar la atención del hecho fundamental: Muchas empresas se ven obligadas a echar el cierre, despidiendo a sus trabajadores porque los ayuntamientos no les pagan lo que les deben, y sin embargo a Aído le sobra el dinero. Esa es la cuestión a la que hay que atender.
Aído forma parte del gobierno de Zapatero. Zapatero ha mentido y engañado y se ha demorado en reconocer la crisis por motivos electorales. Lo de la aplicación de medidas es otro cantar, puesto que han consistido básicamente en sustituir a Solbes por Salgado. Se ha dicho que Zapatero le ganó el debate a Rajoy. También se dijo en su momento que Solbes se lo había ganado a Pizarro. Hoy ya no están en la política ni Solbes ni Pizarro. Mientas Aído gasta el Tribunal Constitucional languidece y el PSOE contempla, prietas las filas, la incompetencia de Zapatero. Uno que come hierba trata de sacar punta a la intervención de Rajoy. El PP en todo este tiempo no ha podido tumbar a un gobierno incompetente, porque los nacionalistas, que tienen un poder excesivo, van a la suya. Los ciudadanos asisten impotentes a una situación que no tiene salida. Aído es un buen símbolo de la irresponsabilidad con la que se nos lleva al término de la fiesta.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin desmecer el interes de lo examinado me ha sorprendido que no hable de esto: http://www.larazon.es/noticia/8569-una-ley-sin-sexo
Un cordial saludo

Leona catalana dijo...

Hombre... es que la Bibi se ha pasado pelín.
Que los de izquierdas son tontos ya lo sabemos porque lo demuestran a cada paso, pero lo del cliroris ha sido de traca, pa mear y no echar gota.

El meollo del asunto, lo del cierre de empresas, me da que no lo captan ni que les pongámos delante de la nariz un mapa con colorines.
Es demasiado para su media neurona.

Vicente Torres dijo...

Anónimo, no se entiende que se presente de tal guisa y luego salude. Ciertamente, es usted contradictorio. Por otro lado, el enlace que pone no tiene nada que ver con la cuestión, nuevo punto en contra suya.
Con respecto a lo que dice José Luis de Alvite, le explico que prefiero esto otro, mucho más humano y mejor fundamentado:
http://blogs.lasprovincias.es/punto-de-vista/2010/2/6/justicia-penal-la-edad-media-estados-unidos

Todos nos equivocamos, pero el error de José Luis de Alvite, es grave. No se puede echar una mirada tan banal sobre una cuestión que tanto dolor está causando en personas a las que asiste la razón. José Luis de Alvite escribe sin razón el periódico La Razón.

Leona catalana dijo...

¿Qué tiene que ver el caso Carrascosa con este post?

Pues ya puestos, el tal José Luís Alvite parece ignorar que Carrascosa informó a su ex y al abogado de este de que pretendía pasar unos días con su familia en España -junto con su hija, evidentemente- y que nadie puso impedimento legal alguno, sino que una vez en España se la acusó del pretendido secuestro de la menor.

Se ve que el Anónimo tampoco está informado de esto...

Anónimo dijo...

Podria haber puesto el enlace comentando alguno de los artículos que habitualmente dedica a ese asunto. Como esto es un blog y no un foro y supuse que el tema le interesa lo añadi aqui. Lamento haber desordenado su web.
Por otro lado el anonimato es una opción que usted da y yo tomo (no veo de que puede servirnos que me tome la molestia de registrarme para que figure una identidad). Así pues este punto se lo devuelvo.
Un saludo desde quien es por lo que dice antes que por lo que se llama.

Vicente Torres dijo...

Aquí se admiten anónimos, como es obvio y evidente. Ahora bien, los anónimos deber saber que esa condición impone reglas. Por ejemplo: no se deben verter insidias ni descalificaciones. En el caso del enlace que trajo a colación no tiene nada que ver con este asunto, hubiera cabido mejor en otro lugar, aunque ya le dije que el tal Alvite se muestra de un modo absolutamente banal. Debe de ser una epidemia, porque no es el único.