Vivimos una situación extremadamente compleja, tan es así que el diario El País, trae hoy dos artículos preocupantes, uno de Santiago Niño Becerra y el otro de Paul Krugman. Sin olvidar lo que se viene diciendo en otros medios. A pesar de todo eso, los partidos parecen entretenidos haciendo cálculos electorales. Los políticos piensan a corto plazo.
El Rey, que no está sujeto a las elecciones, piensa a más largo plazo. La crisis puede llevarse todo por delante, incluso la monarquía. Por otro lado, la impresión que tienen los ciudadanos de que los políticos no se preocupan por el bien común, sino por el suyo propio, afecta también a la Casa Real. Lógico es, entonces, que establezca contactos con los partidos para hablar de la situación, y se entiende que lo haga público, para que los ciudadanos vean que el Rey sí que se preocupa por el estado de las cosas. Lo que ocurre es que en este caso deja en mal lugar a los partidos, por razones obvias. Pero ellos no pueden impedir que el Rey haga lo que debe.
Ramón Tamames, en su libro “Para salir de la crisis global” propuso una serie de medidas, algunas de las cuales se las he leído también a otros economistas, que parecen muy razonables. El libro ya lleva tiempo en la calle y ni siquiera se han tomado en consideración, lo que demuestra el escaso interés de la clase política por los problemas de los ciudadanos y valida la actuación del Rey. Las medidas que propone Tamames son inasumibles por Zapatero, pero no por el PSOE ni por el PP. En lugar de derrochar dinero a tontas y a locas, lo que debería hacerse es tomar medidas sensatas y conducentes a crear empleo y riqueza de inmediato y de forma duradera. Por el camino que vamos se harán buenos los pronósticos de Niño Becerra y Krugman.
El Rey, que no está sujeto a las elecciones, piensa a más largo plazo. La crisis puede llevarse todo por delante, incluso la monarquía. Por otro lado, la impresión que tienen los ciudadanos de que los políticos no se preocupan por el bien común, sino por el suyo propio, afecta también a la Casa Real. Lógico es, entonces, que establezca contactos con los partidos para hablar de la situación, y se entiende que lo haga público, para que los ciudadanos vean que el Rey sí que se preocupa por el estado de las cosas. Lo que ocurre es que en este caso deja en mal lugar a los partidos, por razones obvias. Pero ellos no pueden impedir que el Rey haga lo que debe.
Ramón Tamames, en su libro “Para salir de la crisis global” propuso una serie de medidas, algunas de las cuales se las he leído también a otros economistas, que parecen muy razonables. El libro ya lleva tiempo en la calle y ni siquiera se han tomado en consideración, lo que demuestra el escaso interés de la clase política por los problemas de los ciudadanos y valida la actuación del Rey. Las medidas que propone Tamames son inasumibles por Zapatero, pero no por el PSOE ni por el PP. En lugar de derrochar dinero a tontas y a locas, lo que debería hacerse es tomar medidas sensatas y conducentes a crear empleo y riqueza de inmediato y de forma duradera. Por el camino que vamos se harán buenos los pronósticos de Niño Becerra y Krugman.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con su texto. Ahora bien, me suscita cierta duda el movimiento del Rey.
Sin democracia real, sumidos en partitocracias y con paises muy dependientes de la inversion exterior, es normal que sucedan este tipo de reacciones sociales.
Un saludo.
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