Se podría esperar que hubieran aprendido a jodernos y que ya lo hicieran de tal modo que ni nos diéramos cuenta , por haber sofisticado al máximo sus métodos y sistemas. Pero no, lo hacen a lo bruto y duele, ¡vaya que si duele!
Lo que ocurre es que también nos han quitado el derecho a quejarnos. Uno nos ha llamado bellacos. ¡Bellacos! Encima. Viene, con esto, a tener razón aquella pintada genial que decía: Nos mean y hemos de decir que llueve. Por lo que pueda pasar.
He consultado en “El gran libro de los insultos”, de Pancracio Celdrán Gomariz, el término bellaco, y está ampliamente tratado, ocupa una página entera, y no es agradable, no, que le llamen a uno bellaco. Sobre todo si antes le han recortado el Estado d el Bienestar y además lo han llenado de temores ante el futuro que viene. Hay quien sólo dice la verdad cuando insulta. O sea que todo contribuye a crear zozobra.
Se esperan nuevos recortes, dolorosos, porque ya llueve sobre mojado. Teniendo en cuenta el enorme gasto de la “misión de paz” en Libia, a la que no se ha sumado Alemania, que es la que exige los recortes, habrá que estar preparados para los nuevos insultos. ¿O nos volverán a llamar bellacos? Qué falta de imaginación, por Dios. Siempre lo mismo, recortar, insultar; recortar, insultar; recortar, insultar- ¿Qué nos va a quedar para comer? Sin duda que quienes necesitan la mesa bien puesta creen que los demás pasamos del aire. ¿Para qué queremos comer entonces? ¿De qué nos quejamos?
El citado Pancracio Celdrán Gomariz, con respecto a este libro que trata de los insultos, dice que conviene conocer el significado de ellos, para recetarle a cada cual el que le corresponde, de modo que el que sólo sea un chorizo que no cargue con el cerdo entero. Y así tendrían que ir algunos, con el cerdo a cuestas. Pero literalmente, porque si es metafóricamente les da lo mismo.
'Quién fue quién en el mundo clásico'
'12 ciudades del mundo'
'Deslenguados'
'La delgada línea azul de la inteligencia'
'El Gran Libro de las Citas Glosadas'
'En busca del Tesoro de Kola'
'El espíritu del último verano'
'Perdurablemente anfetamínico'
Lo que ocurre es que también nos han quitado el derecho a quejarnos. Uno nos ha llamado bellacos. ¡Bellacos! Encima. Viene, con esto, a tener razón aquella pintada genial que decía: Nos mean y hemos de decir que llueve. Por lo que pueda pasar.
He consultado en “El gran libro de los insultos”, de Pancracio Celdrán Gomariz, el término bellaco, y está ampliamente tratado, ocupa una página entera, y no es agradable, no, que le llamen a uno bellaco. Sobre todo si antes le han recortado el Estado d el Bienestar y además lo han llenado de temores ante el futuro que viene. Hay quien sólo dice la verdad cuando insulta. O sea que todo contribuye a crear zozobra.
Se esperan nuevos recortes, dolorosos, porque ya llueve sobre mojado. Teniendo en cuenta el enorme gasto de la “misión de paz” en Libia, a la que no se ha sumado Alemania, que es la que exige los recortes, habrá que estar preparados para los nuevos insultos. ¿O nos volverán a llamar bellacos? Qué falta de imaginación, por Dios. Siempre lo mismo, recortar, insultar; recortar, insultar; recortar, insultar- ¿Qué nos va a quedar para comer? Sin duda que quienes necesitan la mesa bien puesta creen que los demás pasamos del aire. ¿Para qué queremos comer entonces? ¿De qué nos quejamos?
El citado Pancracio Celdrán Gomariz, con respecto a este libro que trata de los insultos, dice que conviene conocer el significado de ellos, para recetarle a cada cual el que le corresponde, de modo que el que sólo sea un chorizo que no cargue con el cerdo entero. Y así tendrían que ir algunos, con el cerdo a cuestas. Pero literalmente, porque si es metafóricamente les da lo mismo.
'Quién fue quién en el mundo clásico'
'12 ciudades del mundo'
'Deslenguados'
'La delgada línea azul de la inteligencia'
'El Gran Libro de las Citas Glosadas'
'En busca del Tesoro de Kola'
'El espíritu del último verano'
'Perdurablemente anfetamínico'
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