domingo, 29 de mayo de 2011

Las excusas de Sarkozy

No puede decirse que Nicolás Sarkozy tenga muchos miramientos a la hora de hablar. Incluso a veces puede ser brutal; en otras ocasiones es, simplemente, imbécil. Egoísta siempre, en beneficio de Francia, no duda en recurrir a las más pueriles excusas para justificar sus decisiones.
No le importa que Marruecos ocupe ilegalmente el Sahara, ni que dé a sus habitantes un trato salvaje. Los intereses de Francia están por encima de los derechos de los saharauis. Y si puede utilizar las simpatías de los españoles hacia los saharauis para arrebatar negocios a España en Marruecos no lo duda ni un segundo.
Incomprensiblemente, ha logrado enredar a España en la guerra con Libia, de la que lo previsible es que salgan ganadores los intereses comerciales de Francia en ese país, y perdedores los de Italia y España. Alemania no ha ido a esa guerra.
Y ahora ha dicho que ha vendido cuatro portahelicópteros Mistral a Rusia, no porque la opción sea correcta y legal, sino porque de no haberlo hecho Francia, lo hubiera hecho España. Esa excusa es francamente fea. ¿No podía limitarse a decir que se trata de un buen negocio para Francia y que las inquietudes de los países vecinos de Rusia le importan un bledo? Qué simple resulta ese pretexto.
España tuvo que desmantelar un montón de industrias, tuvo que arrancar frutales y no tuvo más remedio que sacrificar animales para entrar en la Unión Europea. Con ello se vio abocada a ser un país de camareros y poco más. Y ya se ve que otro de los papeles que tiene asignados es el de servir de excusa.
La Europa de las patrias no tiene mecanismos para combatir una crisis como la actual. Los egoísmos de los países más desarrollados pueden hacer que fracase la Unión. Y Francia, o Alemania, sin la Unión Europea se irían a pique. Interesa, pues, unificar las políticas de todos, aparte de eliminar indecencias como las apuntadas.

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