miércoles, 25 de mayo de 2011

Patxi López da el paso

El lehenkari ha pedido un congreso y los miembros de la Ejecutiva del PSOE han simulado sorpresa ante tal iniciativa. Son las cosas que ocurren en la llamada democracia española, en la que la única opción que se concede a quienes no forman parte de los centros de poder es la obediencia.
Patxi López tuvo que obedecer cuando Zapatero, en su afán por sortear el fracaso, pactó con el PNV, sacrificándolo a él. También tuvieron que obedecer los funcionarios cuando les bajó el sueldo, por la misma cuestión, y no les quedó más remedio que acatar la decisión presidencial a los pensionistas, ni tampoco a los trabajadores en ejercicio, y, por supuesto, los parados están en el mismo. Algunas personas, como Botín, aplaudieron a Zapatero en esos trances. No debieron ser muchas, pero por lo visto le animaron bastante, puesto que, contra toda lógica, resiste en su bastión.
El panorama político actual sería diferente si Zapatero no hubiera cedido tanto ante el PNV. Sólo falta que nos diga que lo hizo por nuestro bien, cosa de la que, a estas alturas, le creo capaz. Sobre todo después de que haya pronunciado la palabra bellacos.
Los pensionistas, los funcionarios, los parados, tuvieron ocasión de explicar lo que les parece todo lo que viene sucediendo, y en lugar de votar al mejor alcalde o mejor presidente autonómico, le dieron lo suyo a Zapatero. Y ahora llega el momento de Patxi López, que con todo perdido en el caso de que las cosas sigan el rumbo marcado por Zapatero, ha optado por jugar su carta, que no es otra que pedir un congreso. Los movimientos de Zapatero no sólo han perjudicado a Patxi López, también le han complicado mucho las cosas a Rubalcaba. Tal y como están las cosas ahora, ninguno de los ministros actuales puede pensar en obtener buenos resultados en las próximas elecciones.

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