viernes, 19 de julio de 2013

El Tribunal Supremo ha archivado la causa contra Pepiño

Hay quien se ha alegrado por ello, aparte del propio interesado, claro. Se trata de gentes de la izquierda que creen que dicha medida disgusta al PP. No es cierto. Como mucho, puede disgustar a algunos simpatizantes del PP.
A los políticos les tiene que haber sentado muy bien. Lo que ha dicho el Tribunal Supremo es que lo que hizo Pepiño no es delito. Las leyes las hacen los políticos, que, además, controlan el Poder Judicial. Todo lo que hagan ellos está bien hecho, y ya se ve que hay muy pocos políticos en cárcel. Y eso que el país está hecho unos zorros, como bien cuenta Enrique Arias Vega en su artículo La balcanización de España. Cada día aumenta el número de ciudadanos arruinados, pero no por ello disminuye el número de chorradas que dicen y hacen los políticos, que se sienten impunes hagan lo que hagan.
El conocido jurista Bernardo del Rosal, que fue Síndico de Agravios de la Comunidad Valencia, pidió la dimisión de Serafín Castellano, por llevar a cabo actividades parecidas a las de Pepiño. Vino a decir que lo que estaba en juego era "un descrédito y un descreimiento en la política y en los políticos que, a medio o largo plazo, puede poner en riesgo el propio sistema democrático".
Lo que ocurre es que en esta España en la que vivimos, y nos jugamos los cuartos que, salvo los oligarcas, perdemos irremediablemente, el sectarismo tiene un papel importante y juega a favor de esos que no pierden nunca.
Lo que debería importarnos es que hubiera una legislación que castigara el delito y que la ley triunfara siempre.
Los mismos que protestaron cuando Camps fue absuelto aplauden ahora que Pepiño se haya ido de rositas. Personalmente, creo que los dos han hecho mucho mal, porque manejaron mucho dinero público y no lo hicieron del modo más aceptable para los contribuyentes.
 

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