lunes, 8 de julio de 2013

Bárcenas, héroe de los presos

El hecho de que Bárcenas se sienta querido y admirado por los presos puede venirle bien al PP. Quizá se conforme con la cárcel, en la que se procurará que esté lo más cómodo que sea posible y no tire de la manta, cosa que tampoco llegaría a ninguna parte.
Los españolitos saben que aquí las cosas se arreglan sustituyendo a unos oligarcas por otros.
El PSOE, representando su papel, se ha tirado al degüello, como si fuera una virgen pura y casta.
Yo no sé si para ser político se exige el certificado de antecedentes penales, cosa que me parecería impropia, pero sí que me parece necesario que se impida que los psicópatas accedan a la política. No señalo a nadie en particular, pero creo que el estado de las cosas indica que deben de haber varios en las cúpulas de los partidos.
Los presos comunes sin manchas de sangre pueden ser personas que no han tenido suerte en la vida. Faltos de orientación y referentes válidos han ido a despeñarse por el abismo de la mala vida. Hay personas que en las mismas circunstancias han sabido salir a flote, pero una mirada más atenta revela que esas personas suelen salirse de lo normal. Dentro del campo de lo normal hay personas que el mal lo hacen bien y el bien lo hacen mal, pero nunca irán a la cárcel, porque siempre juegan con cartas marcadas y el viento a favor. El hecho de que unos vayan a la cárcel y otros no depende mucho de las circunstancias de cada uno. Hay personas en la cárcel que serían recuperables, pero costaría mucho dinero hacerlo, y personas irrecuperables, como los etarras y similares, que son los que mejor viven en ella.
La costumbre de tener personajes a lo que intentar emular se ha perdido. Hoy en día, cada uno se cree un personaje, hablando en términos generales. Son quienes han perdido pie los que más notan esa falta de referentes. Los presos han elegido a Bárcenas, pero tengo la impresión de que hay muchos fuera de la cárcel que lo admiran.

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