jueves, 5 de diciembre de 2013

Susana Díaz pierde fuerza

Aquellas llamadas al orden con las que Susana Díaz saltó a la palestra llenaron de ilusión a muchos, votantes o no del PSOE. Antes de eso, las expectativas que despertaba eran escasas, dado que llegaba al cargo de la mano de Griñán y con la sombra producida por el escándalo del PSOE andaluz.
Que en este partido hubiera algún intento de regeneración y se percibiera el intento de poner en el mismo tenía que esperanzar a todos aquellos que desean que triunfe la ley, que es la única garantía de las personas decentes.
Hay políticos en España y en el propio PSOE para los cuales la ley es papel mojado cuando no les sirve para sus intereses particulares. Esa es la cuestión, cuando los intereses de algunos valen más que la ley los pobres están perdidos, y cuando digo pobres me refiero a quienes disponen de pocos recursos económicos, no a esos cuyo espíritu es tan mezquino que no reconocen la importancia de respetar la ley.
Parece ser que el maniobrero Rubalcaba, que parecía desbordado por Susana Díaz va imponiendo sus tesis en el partido, aunque públicamente apoye a la andaluza. De ahí que el portavoz del PSC, llamado Jaume Collboni, haya podido decir, sin que nadie le llame al orden, que su partido no se sumará a la manifestación del Día de la Constitución, “porque no es el momento de levantar bajas pasiones” y el “compromiso de los socialistas con la reforma constitucional es claro y explícito”. Es bruto este Collboni y, no obstante, es el portavoz de los socialistas catalanes. ¿Se habrá dado cuenta Susana Díaz de que es bruto? Seguro que Rubalcaba sí. Quizá Rubalcaba se ría para sus adentros, y calle.
La Constitución es la ley, el mejor recurso de los pobres. Quien desautoriza a la ley favorece a los ricos. Cuando se cambie, si se cambia, habrá que respetar la nueva.

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