viernes, 2 de mayo de 2014

A petición de Bildu, Otegui comparecerá ante el Parlamento Vasco

Hay partidos políticos cuyos desvergonzados dirigentes permiten que destacados miembros suyos lancen insidias contra COVITE y empleen medios indignos para dinamitar a esta encomiable asociación.
No son pocos los socialistas que repiten, en tono aburrido y como una lección aprendida, que Rosa Díez es una traidora y la letanía de datos que supuestamente prueban este aserto.
Y también hay “sesudos” (descerebrados en realidad) columnistas que afirman, sin ruborizarse ni nada, que COVITE es un apéndice de UPyD. (Habría que preguntarles si saben lo que es un apéndice y si saben lo que es la vergüenza).
Si se olvida la propaganda estúpida y se pasa a contemplar los hechos, la realidad que queda ante los ojos es que Bildu ha solicitado que Arnaldo Otegui, que está cumpliendo una condena de 11 años de cárcel por su pertenencia a ETA.
Es cierto lo que dice COVITE. Bildu, con esta solicitud, humilla a toda la sociedad. A mí, como ciudadano, no me interesa lo que pueda decir el señor Otegui, lo que me interesa como contribuyente es que salde sus cuentas con la Justicia.
Esos partidos que tratan de destruir a COVITE no lo comprenden. O quizá es que les molesta que se defienda la dignidad de los ciudadanos.
Sólo UPyD, el partido en el que milita Rosa Díez, se ha opuesto a tal desaguisado. ¿Dónde está la traición? O, mejor dicho, ¿quiénes son los traidores? ¿A quién se debe finalidad? ¿A los partidos o a los ciudadanos? ¿A los intereses electorales o a la sociedad?
Deberían saber los cobardes que acariciar el lomo de la bestia es más peligroso que plantarle cara. Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE, y Rosa Díez, portavoz de UPyD, no pueden ser calificadas como cobardes. Su radical oposición al terrorismo interesa a toda la sociedad.

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