sábado, 24 de mayo de 2014

Decepción en El Corte Inglés

Recuerdo perfectamente cual fue el uso con el que estrené mi Visa, la primera tarjeta que tuve. Fui a El Corte Inglés y compré un libro. Concretamente, Los sonetos de Shakespeare.
También recuerdo lo que ocurrió a continuación. Durante el proceso de selección del libro, estuve solo. A la hora de pagar el libro, me atendió, muy correctamente, un empleado. Fue a continuación, cuando ya me iba con el libro dentro de la bolsa del establecimiento cuando me vi rodeado por unos cuantos comerciales de la casa que me convencieron para que me sacara la tarjeta de El Corte Inglés, y esa fue la segunda tarjeta que tuve. Las dos en el mismo día.
Puede entenderse que tuvo que ser en el primero que hubo en Valencia, el que fue construido en el solar en el que anteriormente estaban la iglesia y el convento de las monjas de Santa Catalina. La iglesia fue desmontada piedra a piedra y ahora está junto al parque de Orriols, que en aquel tiempo todavía no existía. Lo que hizo El Corte Inglés fue comprar el solar vacío. La inauguración del prestigioso centro comercial, en el mejor lugar de Valencia, fue un acontecimiento para la ciudad.
Y tan poderosa y prestigiosa empresa, que ya no tiene un solo centro comercial en Valencia, sino varios, y que el hecho de que no haya despedido personal durante la crisis ha hecho que aumente mi simpatía por ella, no ha sido capaz de conseguirme el libro que he ido a comprar hoy, que es '1978. El año en que España cambió de piel'. Yo ya sabía que no lo tendría, pero imaginaba que lo podría conseguir en un plazo relativamente breve de tiempo. Y no ha sido así, El Corte Inglés no ha querido hacer esa gestión por un cliente. Debo hacer constar que he sido atendido muy correctamente por el personal del Centro, que no encontrado ninguna posibilidad en el sistema para complacerme.

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