miércoles, 5 de agosto de 2015

Arturo Mas, Artur Mes

El mes astut, le dicen. Pero toda esa astucia de la que hace gala y presume la emplea contra los propios catalanes. A todos, catalanes y catalufos, los lleva hacia el desastre.
Cataluña se enriqueció dentro de España y lo hizo mediante el viejo truco de recurrir al lloriqueo. El que no llora, no mama. Suponer que Cataluña fuera de España se habría enriquecido igual es mucho suponer, aunque si de algo pueden presumir los catalufos es de tener una gran tendencia a la quimera. Esto no es ninguna exageración. Quimeras que no se cree ni un niño de dos años encuentran su asiento allí. También encuentran su acomodo algunos animales vociferantes, como se puede comprobar en los numerosos vídeos que causan el asombro de quienes no están familiarizados con el caso.
Cataluña se enriqueció dentro de España y, bajo la batuta de ese gran astuto, busca empobrecerse. Costará mucho tiempo y mucho esfuerzo recobrar la normalidad en las relaciones familiares y amistosas que el nacionalismo, siempre tan destructivo, ha roto.
Son 200 familias, los de la çeba les llaman, las que controlan todo en Cataluña. Ellas son las que han fomentado ese nacionalismo, porque les beneficiaba a ellas sobre todo, a esas doscientas familias, que ante estallido del sistema podrán a salvo sus dineros, que ya son muchos, y el quebranto económico recaerá en su totalidad en esas masas que ellas mueven.
El gobierno de Rajoy ha concedido más financiación a Cataluña que a ninguna otra autonomía. Aparentemente, Rajoy se ha bajado los pantalones ante Mas. En realidad, Rajoy le ha dado a Mas el dinero de los españoles en la seguridad de que no sabrá qué hacer con él; es decir, dado que es un inútil y un incompetente, lo utilizará mal, y Cataluña proseguirá su declive, mientras que otras Autonomías con menor financiación progresan.

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