sábado, 22 de agosto de 2015

Tsipras el tramposo

La clase política española se ha podido constituir en casta por las deficiencias estructurales del sistema político español. En pocas palabras, no hay una separación efectiva de poderes. Bastaría con solucionar esto para que lo de casta se fuera diluyendo.
Contribuye a este estado de cosas la nula tradición democrática de España, con lo que es bastante frecuente que se hagan pasar muchas cosas por lo que no son. En Cataluña, por ejemplo, se hace pasar por democrático un editorial conjunto.
Hay un partido en España que pide la separación de poderes, pero los españoles no le han votado, porque la prensa subvencionada no para de escribir en su contra.
Hay otro partido en España que tiene vocación de casta desde el principio. Actúa como las grandes cadenas comerciales. Estudia los gustos y comportamientos de 'la gente', para averiguar el mejor modo de venderle lo que desea.
Este partido español, cuyos componentes son tan 'listos' y pedantes, tiene vínculos emocionales con Syriza, el partido de Tsipras. O acaso sólo se deba a que ambos son partidos de extrema izquierda.
Syriza ganó las elecciones prometiendo cosas que no podía cumplir. El corto periodo de tiempo que lleva le ha servido para devastar aún más la economía griega, y es que los partidos de extrema izquierda no pueden hacer otra cosa. Y ahora Tsipras ha dimitido, pero lo ha hecho como Arturo Mas, por puro cálculo electoral, aunque todo apunta a que las cuentas le saldrán mejor. Alexis Tsipras, a costa de hundir un poco más a Grecia, en estos tres meses aproximadamente que faltan para que forme un nuevo gobierno, saldrá fortalecido.
Cuestión distinta es la de Grecia, que con la extrema izquierda en el poder tiene un futuro tan negro como Cataluña, en donde impera la extrema derecha de Arturo Mas.
En los países con escasa tradición democrática todo es muy difícil.

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