martes, 26 de julio de 2016

Degüellan a un sacerdote en Francia

Según en qué medio de comunicación se lea la noticia se puede uno llevar la impresión de que la culpa del atentado la tiene Aznar, o el PP, o el capitalismo, al que ahora le añaden el epíteto de salvaje, para que sea más fácil echarle las culpas. Nada que ver con la codicia de esos que pagan en negro o perciben cantidades astronómicas por emitir informes sobre una materia de la que lo desconocen todo.
Por supuesto que sigue sin parecerme bien que la religión católica figure en la Constitución, porque ello da pie a que otras religiones exijan tratos similares.
Dicho esto, podemos pasar a la cuestión. Han degollado a un sacerdote y parece ser que han intentado hacer lo mismo con otra persona. Parece claro que nos quieren asustar mediante esta serie de acciones terroristas, contra las que has que hay poco que hacer. Se trata de asaltantes individuales o en grupos reducidos, dispuestos a morir en el intento.
Hay mucha gente dispuesta a dejar que embrutezcan su mente y hay mucha gente dispuesta a embrutecerla y hay dinero en abundancia para el asunto y hay una religión que sirve para el caso.
En realidad, se trata de eso, de crear una barrera de odio que impida que los musulmanes se quieran integrar en la cultura occidental. Lo desconozco absolutamente todo sobre la religión de Mahoma, pero tengo noticia de que prohibió el cerdo y creo que también el vino por motivos concretos muy puestos en razón en su momento. Pero esos motivos concretos han desaparecido y la prohibición sigue, lo que significa que temen mostrarse flexibles, porque esa flexibilidad podría quitarles autoridad en primera instancia al alejar el fanatismo y luego porque facilitaría la integración de sus fieles en el mundo occidental, con lo cual ya entrarían en el camino del descreimiento. Sorprende también que los intelectuales que profesan esta religión no protesten por el mantenimiento de estas prohibiciones.

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