miércoles, 28 de septiembre de 2016

Colau y Colón


Los he puesto juntos, como si fueran iguales, e incluso a ella antes, como si fuera más.
El caso es que a lo mejor sí, puesto que si Colón llevó a cabo una hazaña extraordinaria, Colau se va haciendo sitio entre los ignorantes: es una extraordinaria ignorante.
Luego es capaz de fotografiarse con unas cuantas pescaderas y de enseñar una hoja de notas, pero a continuación empieza a hablar de feminismo, como si creyera que por el simple hecho de ser mujer ya es feminista, y sin darse cuenta de que el feminismo cuando se le usa de modo inadecuado se convierte en machismo. A ella lo que le va es sembrar odio. O sea.
O cuando se refiere al genocidio, sin tener ni idea de en qué consiste y sin que le importe que usar este concepto con frivolidad es un desprecio para las víctimas y para los amantes de la justicia.
Sobre el genocidio también frivolizan muchos fanáticos, que cegados por el odio nacionalista no son conscientes de que al hacerlo ponen a la vista de todos su mala índole. Incluso una librera valenciana, con ínfulas de culta y con influencia en el gremio de libreros, banaliza el concepto al afirmar que en Valencia se ha cometido genocidio lingüístico. Cosa totalmente imposible, porque el genocidio tiene que ver con personas, porque imposible exterminar una lengua mediante el uso de la fuerza y porque en Valencia nunca se ha hablado catalán, como demuestran las personas que investigan la cuestión, obviando todas las falsificaciones y tergiversaciones históricas.
Gracias a Ada Colau Félix de Azúa se hizo famoso. Antes era conocido en ciertos sectores más o menos relacionados con la cultura, pero gracias a ella se hizo popular entre los ignorantes, que demostraron esta condición al firmar una petición para que lo expulsen de la RAE. No tienen idea lo que es la RAE, para qué sirve, no cómo funciona.

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