jueves, 1 de septiembre de 2016

Rajoy ha hecho los deberes

Los antecedentes indican que Rajoy tiende al inmovilismo, por lo que si hubiera sido posible habría evitado también este debate de investidura, puesto que, como han dicho todos, aunque hubiera asumido el programa entero del PSOE Pdr Snchz habría seguido en el no.
Sería peligroso y ridículo que hubiera que llegar a unas terceras elecciones, por eso el juego de todos desde el inicio de la legislatura consiste en echar la culpa a los demás de que se llegue a ellas. De que Riverita, ese muñeco de cartón piedra que proyecta una imagen angelical que tapa la del político ambicioso, implacable y sin escrúpulos, haya aceptado el pacto con Rajoy, del que dice que no se fía. Rajoy se lo traga, porque si le contesta lo que merece se termina el pacto.
Rajoy ha ido a la sesión de investidura, ‘apoyado’ por Riverita, obligado por las circunstancias y ha hecho todo lo posible por formar gobierno. Si hay terceras elecciones no será por su culpa y quien no lo vea así será porque no hay más ciego que el que no quiere ver.
Todo apunta a que Rajoy perderá de nuevo en la segunda votación, pero al pesimismo de la razón hay que oponerle el optimismo de la voluntad, así que conviene esperar que un número suficiente de diputados socialistas, en un arranque de cordura, eviten la catástrofe. El PSOE no debería estar a merced de una persona tan irresponsable como el actual Secretario General.
Lo de Tardá es significativo. Que un tipo así haya conseguido llegar al cargo que ocupa retrata a la sociedad catalana y sus posibilidades futuras. Que haya dicho que si los meten en la cárcel los catalanes los sacarán sin que éstos hayan soltado una carcajada lo dice todo. Pero esa actitud suya de gesto de pacotilla lleva a pensar en Dencás y en la ruta que siguió para fugarse.

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