sábado, 10 de septiembre de 2016

El Tribunal Constitucional aplaza el castigo

Si Felipe González, en una de sus más dañinas medidas, no hubiera eliminado la poca independencia de que gozaba el Poder Judicial, estas cosas no pasarían.
Si existiera la separación de poderes, como exigía UPyD y quizá este haya sido uno de los motivos por los se han cargado a este partido, muchos delincuentes no habrían llegado a serlo, porque el temor a la acción de la justicia habría sido más fuerte que sus deseos de delinquir. A otros se les habrían parado los pies mucho antes, quizá el caso de Banca Catalana se hubiera resuelto de un modo menos favorable para Pujol, por lo que luego no habría podido decir: ¿Qué coño es eso de la UDEF?
En democracia rige el imperio de la ley y España es una selva en donde quienes más merecen ir a la cárcel se ríen de los ciudadanos, con el convencimiento de que la diosa Impunidad velará por ellos. Es por eso que aquí y ahora los hay que firman en favor del etarra Otegui, burlándose de la ley y de las personas honradas. Hace poco, una mona sonriente se fotografió con ese tipo, con lo cual se puso a su altura, si no estaba ya.
Pero aunque el TC vacile, porque el gobierno tampoco hace nada y hay partidos políticos a los que la ley les importa un pimiento, pero hablan de democracia, está constatado en la historia de la humanidad que contra las vocaciones fuertes no se puede luchar, y los hay que se han empeñado en ir a la cárcel y lo conseguirán. Y cuando estén dentro se las pasará la guasa y perderán las ganas de reír y quizá se den cuenta de que no nacieron para héroes y que tampoco la causa, toda ella filfa y descaro, merecía la pena.


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