viernes, 27 de abril de 2018

Lo de la Manada

He visto que algunos juristas han dicho que no son especialistas en la materia y que tampoco han leído la sentencia, que consta de casi 400 folios, por lo que no se atreven a opinar.
También he visto a otros que sin ser juristas, ni haber leído la sentencia, por evidente falta material de tiempo, se han lanzado en contra del Tribunal, lo cual tiene poco que ver con la civilización. Si no recuerdo mal, en tiempos pasados algún Tribunal no ha podido condenar a algún etarra, a pesar de tener la certeza de que era el autor del atentado que se juzgaba, por algún defecto de forma o error en la instrucción del sumario, y ha habido que aceptar esa decisión sin aspavientos de ningún tipo.
Jorge Galindo, en El País, dice algo razonable sobre el caso: Los que no estén de acuerdo con el criterio del Tribunal tienen todo un sistema de apelaciones al que acudir y si, por el contrario, con lo que no están de acuerdo es con la ley han de dirigirse al Congreso de los Diputados.
El comportamiento de los componentes de la Manada es claramente salvaje y quienes protestan airadamente tampoco demuestran mucho apego a la civilización. Si los jueces tuvieran que regirse por los criterios de la masa, o por la opinión pública dominante, no serían necesarios. Deben regirse por sus conocimientos legales y su pericia. Tienen tanto derecho como los cirujanos o los controladores aéreos a equivocarse y la sociedad pone a su disposición toda una serie de adelantos técnicos y de medios de control para minimizar los errores que puedan cometer.
Los jueces que han hecho su trabajo del mejor modo posible, actuando en conciencia, aun sabiendo que su sentencia no iba a ser bien acogida, merecen el aplauso y el agradecimiento, aunque se piense que han cometido un error. Si se hubieran sometido al criterio de la opinión pública daría miedo ser juzgado por ellos.

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