martes, 3 de abril de 2018

¡Lo que le faltaba a Barcelona!

Se conoce que en su día no estuve atento, por lo que se me escapó el detalle y no me he enterado hasta hoy. Ocurre que Sabino Arana tiene una calle en Barcelona.
Por ese camino, cualquier día también le van a dedicar una a Irena Montera, que oscila entre el gusto por la guillotina o la cursilería más atroz, porque tener que escuchar o leer ciertas cosas también es una atrocidad.
Tanta gente ejemplar como ha habido en el mundo y le dedican una calle a ese orate, racista, mala persona, malcriado y un montón de apelativos más, de índole peyorativa, que merece.
De un tiempo a esta parte el nivel de los alcaldes de Barcelona ha ido descendiendo hasta llegar a la actual y aunque parezca que ya no se puede bajar más tampoco, dado el auge los populismos, hay adelantar los acontecimientos.
Los nacionalistas tienen impulsos autodestructivos y de ahí que hayan decidido festejar en Cataluña una supuesta derrota, la del 11 de septiembre. Son autodestructivos y embusteros, claro.
Lo que dijo Sabino Arana, ese orate integral, del que se avergüenzan hasta los monos que al bajar del árbol originaron la especia humana, va en este sentido:
«Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbres. Ustedes, los catalanes, saben perfectamente que Cataluña ha sido y es una región de España, una región con caracteres de nacionalidad. Maketania comprende a Cataluña; maketo es el mote con que aquí se conoce a todo español, sea catalán, castellano, gallego o andaluz.»
Hay que ser necio para decir eso y hay que ser necio para dedicarle una calle a quien lo dijo. No fue Ada Colau, que por aquellas fechas sería okupa o aprendiz de okupa, pero le mantiene la calle al tal pájaro de cuenta, a pesar de que está moda cambiarles los nombres a muchas.

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