sábado, 26 de enero de 2019

El resquemor de los podemitas con Guaidó

Es lógico que los podemitas vean con mucha inquietud la deriva que toman las cosas en Venezuela, e incluso se puede suponer que habrán presionado con fuerza a Sánchez para que no reconozca a Guaidó y que seguramente tienen línea directa con Maduro, para informarle al minuto de lo que ocurre en España y de las debilidades del gobierno español.
No solo es que establecido el nuevo y legal gobierno en Venezuela van a perder las ayudas que vienen recibiendo por ese lado, es que en el país caribeño viven cómodamente instalados algunos etarras, y son conocidas las simpatías de los podemitas por la sanguinaria banda. Seguramente, los podemitas están padeciendo por la suerte que corran aquellos amigos suyos.
Pero también puede ocurrir que acuciados por la falta de dinero y la necesidad de dar de comer a la famélica población venezolana los nuevos y legítimos gobernantes del país recuerden que los anteriores gobiernos repartieron dinero a troche y moche y quieran recuperar lo que puedan. En este sentido, podría considerarse como justicia poética que los guardias civiles encargados de proteger la mansión de los señores de Iglesias, Pablo e Irene, de los ocupas que pretendan disfrutar del espacio disponible, fueran los encargados de detenerlos, para atender la petición de extradición cursada por el gobierno de Guaidó. 
Es curioso además que la descomposición de Podemos se esté dando al mismo que la caída de Maduro y es difícil saber si lo que quede del partido podrá sobrevivir al amparo de Carmena y Errejón, que parecen la abuelita y su nietecito.
Lo que va a ser de Maduro a partir de ahora es imposible de saber. Seguramente, solo Cuba le puede ofrecer un refugio relativamente seguro y no se sabe por cuanto tiempo, porque el régimen cubano a partir de ahora tendrá más dificultades.

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