lunes, 14 de enero de 2019

Las tres derechas

La talla de Aznar se pone de manifiesto cada vez que escenifica su rencor hacia Rajoy. Tampoco se da cuenta que si hubiera tenido que lidiar el mismo toro al que se tuvo que enfrentar su sucesor, por su culpa, habría organizado una catástrofe mayúscula.
Rajoy perdió las primeras elecciones porque Aznar no gestionó bien el atentado terrorista. Luego tampoco pudo hacer oposición porque Aznar seguía teniendo el control del partido e impuso su ley. Al volver a perder las elecciones iba a dimitir, pero se encontró, por motivos que no vienen al caso, con unos apoyos inesperados y pudo seguir al frente del partido, con lo cual otras personas que habían apostado por Esperanza Aguirre vieron frustradas sus expectativas, por cuyo motivo también le profesan un odio africano a Rajoy.
Ahora dice el señoritingo ese que ya no lleva bigotito «entregué un PP unido y me lo veo convertido en tres» y los loros que odian a Rajoy lo repiten. Pues no es así. Ciudadanos comenzó siendo un partido de izquierdas y al comenzar a recoger votos de la derecha se derechizó. Los desencantados del PP surgen a causa de la corrupción, que procede de la época de Aznar, y de los recortes, que venían propiciados por la calamitosa gestión del anterior presidente, el miserable Zapatero. Si Aznar hubiera dicho la verdad cuando los atentados del 11-M, seguramente, Rajoy habría ganado las elecciones y nada de eso habría ocurrido, porque no habría tenido lugar la hecatombe económica.
Vox ha encontrado el caldo de cultivo idóneo gracias al desafío separatista, que no se habría podido producir sin la inestimable ayuda de Aznar durante su etapa en el gobierno.
A Rajoy se le exigen las cualidades que demostró tener Adolfo Suárez, que no tuvo ningún otro presidente del gobierno, y que no se le reconocieron en su momento.

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