No haría falta ni explicarlo. En Madrid manda Ayuso y Podemos no pinta nada. Y es curioso que los podemitas estén casi todos concentrados en Madrid, cuando en otros lugares se les ve con más fervor.
Y no solo es que los podemitas estén en Madrid intentando hacerle la vida imposible a la ya legendaria presidenta de los madrileños -y a los del PP no se les cae la cara de vergüenza-, sino que el mismísimo Felón se va a dejar el cargo en sus reiterados intentos por perjudicarla. De momento, ya debe de estar preparando un indulto, o lo que convenga, para el caso de que el fiscal general resulte condenado a pena de cárcel. Pero aunque el Felón la tiene tomada con Ayuso desde la primera vez que la vio, su realidad es que es malvado y disfruta causando daño. Encadena las maldades y tras ellas las risotadas de psicópata, aunque también se dice que cuando le sale mal algo se enfurece, grita y da puntapiés. Gracias a Ayuso debe de haberse cargado algún tabique de la Moncloa.
El caso es que la ocupación es un negocio criminal, pernicioso para la economía del país en que se implante, lo cual ha venido de la mano de los podemitas, como otras aberraciones que también hay que agradecerles. Estos sinvergüenzas, además, confunden a las gentes con discursos buenistas y dando lástima con las personas que no tienen techo. Pero nunca acogen en sus propiedades a estas personas supuestamente desamparadas, y digo supuestamente porque no siempre es así. El gobierno del PSOE y sus aliados se gasta el dinero en lo que quiere, pero no en hacer viviendas sociales, porque quiere que el problema esté vivo.
El gobierno de Ayuso sí que hace viviendas sociales, además de combatir la ocupación sin complejos y utilizando todos los recursos de que dispone. Es una pena que Ayuso no sea la presidenta de España.
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