No creo que Felipe González sea consciente de que la historia no tendrá compasión con él, sobre todo porque son muchos los que le hacen la pelota, entre ellos Rajoy y Feijóo, y Aznar no porque le pilla a contrapié.
Felipe González fue el tipo que pudo apartar al PSOE de su destino, pero en lugar de ello confirmó su trayectoria hacia la catástrofe. En lugar de conducir España hacia la democracia y el progreso, llenó el camino de trampas que beneficiaban al PSOE, empezando por la desactivación de los sindicatos y de los intelectuales y el control de los jueces. Sigue votando al PSOE, a pesar de que le han sucedido dos elementos degenerados. Zapatero las va diciendo gordas y más que gordas, sin que proteste nadie del PSOE, sin que se exija su expulsión. Está más que claro que este partido no es democrático y nunca lo ha sido, aunque hubo demócratas valiosos entre sus afiliados. El destino del PSOE es la desaparición y el hecho de que Sánchez, el canalla que actualmente está al mando, insista en homenajear a Franco puede precipitar las cosas. Sánchez es idiota, se cree muy poderoso y no calcula nada, porque piensa que lo tiene todo en sus manos y que si algo le sale mal lo puede remediar, puesto que tiene recursos. Va a ser curioso ver que se intenta vencer a Franco muchos años después de su muerte y el resultado es el contrario del previsto. Esto sería catastrófico para el PSOE, pero digamos que se lo habrá ganado.
Pues Zapatero queriendo tener bajo control a los jueces, de modo burdo y soez, explica con ello la realidad del PSOE. No tiene -nunca ha tenido- vocación democrática. Felipe González quiso lo mismo, pero dio una explicación más compleja, menos evidente. Pero señaló el camino, sin que Aznar y Rajoy se dieran cuenta, y por esa senda se desliza el PSOE.
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