No me cabe ninguna duda de que Alejandro Font de Mora, consejero de Educación de la Comunidad Valenciana, debe de ser un hombre culto; ahora bien, por lo que se ve, esa cultura que debe de poseer no le impide adoptar actitudes estrambóticas ni empecinarse en ellas. Tampoco le hace hablar con cuidado; como excusa para no adherirse al programa Escuela 2.0 dijo que "el ordenador de Zapatero puede provocar la miopización de muchos niños". La palabra “miopización” no está en el DRAE.
Un consejero de Educación no debería incurrir en esos errores, tratándose además de una palabra que no puede haber leído en obras de calidad. Pero no es el único. Hace tiempo dijo “de motu proprio”. Se lo comenté a un periodista valenciano que, en correo de vuelta me respondió que eso lo había dicho el consejero de Educación motu proprio. El mayor activo que tiene una colectividad es la juventud, en la que reposan todas las esperanzas. Interesa por encima de todo que tenga la mejor preparación posible. Esa es la tarea que tiene encomendada Font de Mora. Sin embargo, da la impresión de que utiliza como arma de choque contra el gobierno de Zapatero. Y en este caso hace muy mal porque si tiene diferencias con Zapatero debe resolverlas directamente con él, sin dejar que la disputa alcance de ninguna de las maneras a los estudiantes.
Le llaman Blackberry Mountain, por su empeño en que la asignatura Educación para la Ciudadanía se diera en inglés, con lo cual fueron los alumnos y los contribuyentes quienes sufrieron las consecuencias de su disconformidad. El programa Escuela 2.0 será discutible, pero mal paso da el consejero si nuevamente sus discrepancias con el gobierno convierten en víctimas a quienes no tienen culpa. Font de Mora no está en la oposición del gobierno central, sino en el gobierno de la Comunidad Valenciana. Debería saber eso.
Un consejero de Educación no debería incurrir en esos errores, tratándose además de una palabra que no puede haber leído en obras de calidad. Pero no es el único. Hace tiempo dijo “de motu proprio”. Se lo comenté a un periodista valenciano que, en correo de vuelta me respondió que eso lo había dicho el consejero de Educación motu proprio. El mayor activo que tiene una colectividad es la juventud, en la que reposan todas las esperanzas. Interesa por encima de todo que tenga la mejor preparación posible. Esa es la tarea que tiene encomendada Font de Mora. Sin embargo, da la impresión de que utiliza como arma de choque contra el gobierno de Zapatero. Y en este caso hace muy mal porque si tiene diferencias con Zapatero debe resolverlas directamente con él, sin dejar que la disputa alcance de ninguna de las maneras a los estudiantes.
Le llaman Blackberry Mountain, por su empeño en que la asignatura Educación para la Ciudadanía se diera en inglés, con lo cual fueron los alumnos y los contribuyentes quienes sufrieron las consecuencias de su disconformidad. El programa Escuela 2.0 será discutible, pero mal paso da el consejero si nuevamente sus discrepancias con el gobierno convierten en víctimas a quienes no tienen culpa. Font de Mora no está en la oposición del gobierno central, sino en el gobierno de la Comunidad Valenciana. Debería saber eso.
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