Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, el paro es el problema que más preocupa a los españoles; a continuación, en el orden de las preocupaciones van los problemas económicos y a renglón seguido los políticos. Ellos se harán como si no se hubieran enterado, pero el asunto debería darles mucha vergüenza.
La función de los políticos es la de resolver problemas y resulta que ellos mismos son considerados como uno de los principales problemas y en un momento el que éstos abundan. Como para que vayan alardeando por la calle. Lo cierto es que ser político hoy en día es ser corrupto. Piden el voto a los ciudadanos, pero luego consideran que deben el cargo a quien los ha puesto en las listas y dedican todos sus esfuerzos a agradar a esa persona y no a sus votantes. Eso es corrupción. Los políticos se deben a los ciudadanos, en cambio a la hora de votar obedecen al jefe de su partido, olvidando su propio criterio, en el caso de que lo tengan. Puesto que no lo necesitan, es dudoso que lo cultiven, hay cosas que les interesan más.
Hubo un político socialista que fue diputado durante varias legislaturas y jamás hizo nada, fue el genuino diputado culiparlante; sin embargo, su tarea consistía en difamar a otros socialistas díscolos, o no gratos a la cúpula del partido. Eso no es ilegal, por supuesto, sobre todo mientras no se pueda demostrar. Un alto cargo del PP acusado de facilitar negocios a personas próximas a él, lo que es inmoral, pero no ilegal, respondió: el que no esté conforme que vaya a los tribunales. Éstas son dos flores del jardín político. Dado el tipo de abono y riego de dicho jardín, cabe entender que hay muchos como ellos.
La función de los políticos es la de resolver problemas y resulta que ellos mismos son considerados como uno de los principales problemas y en un momento el que éstos abundan. Como para que vayan alardeando por la calle. Lo cierto es que ser político hoy en día es ser corrupto. Piden el voto a los ciudadanos, pero luego consideran que deben el cargo a quien los ha puesto en las listas y dedican todos sus esfuerzos a agradar a esa persona y no a sus votantes. Eso es corrupción. Los políticos se deben a los ciudadanos, en cambio a la hora de votar obedecen al jefe de su partido, olvidando su propio criterio, en el caso de que lo tengan. Puesto que no lo necesitan, es dudoso que lo cultiven, hay cosas que les interesan más.
Hubo un político socialista que fue diputado durante varias legislaturas y jamás hizo nada, fue el genuino diputado culiparlante; sin embargo, su tarea consistía en difamar a otros socialistas díscolos, o no gratos a la cúpula del partido. Eso no es ilegal, por supuesto, sobre todo mientras no se pueda demostrar. Un alto cargo del PP acusado de facilitar negocios a personas próximas a él, lo que es inmoral, pero no ilegal, respondió: el que no esté conforme que vaya a los tribunales. Éstas son dos flores del jardín político. Dado el tipo de abono y riego de dicho jardín, cabe entender que hay muchos como ellos.
2 comentarios:
Si, lo que más mortifica a la ciudadanía es constatar la inoperancia de los políticos y más aun de los legisladores, los que tienen una responsabilidad de velar por los votantes. Creo que la comisión de ética de la asamblea legislativa o congreso la que debe sancionar la corrupción apenas se manejan evidencias, de modo radical y ejemplificador.
Eso debe ser así.
AnnaTeresa
He encontrado un estupendo insulto para dedicar en mis escaramuzas en los foros: "Deberías ser político". Je je je... Ni se enteran.
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