Anasagasti, que tanto debe de envidiar a los Beatles, ha vuelto a arremeter contra el Rey, cuyo peinado, por cierto, resulta mucho más agradable que el de quien se empeña en ser su enemigo. Anasagasti, que continuamente está criticando al Rey de España, no ha criticado nunca a Arzallus, ni a Setién, ni a Uribe, ni a Urkullu, ni a otros nacionalistas vascos. Si lo hubiera hecho, sus críticas al Rey podrían entenderse dentro del legítimo uso de la libertad de expresión; no siendo así, cabe deducir que apunta a la Monarquía española por lo que representa.
De esta maldad no protestan los curas vascos, tampoco los obispos. Y ni siquiera la Iglesia española, tan dada a manifestarse por otras cosas. He aquí, pues, que a los clérigos no les parecen igual de mal todas las cosas que están mal. La cercanía de la Iglesia vasca con ETA (está más cerca que Irene Villa, Fernando Savater, Antonio Basagoiti, Rosa Díez, Mikel Buesa, etc., lo cual no es grave, sino muy grave) no ha propiciado la reacción indignada de la jerarquía católica, como en otros asuntos, sino que ha preferido mirar hacia otra parte, y ahora se encuentra con la rebelión de curas, dicen que auspiciada por quien debió ser expulsado de la Iglesia hace mucho tiempo.
Anasagasti compara el mensaje navideño del Rey con el programa ¡Aló, presidente! De Hugo Chávez, lo cual es una grosería de calibre grueso. Es que, además, dice que el mensaje del Rey no dice nada a los vascos, o sea que al resto de España sí. Ese bonito modo de insuflar odio quizá haya hecho sonreír a alguna de esas jerarquías católicas de la zona. Alice Miller tiene algunas teorías sobre el mal y sobre el odio. Mientras unos pregonan su malasombra, el Rey aprovecha las navidades para desear paz y felicidad. Yo también: FELICES FIESTAS.
De esta maldad no protestan los curas vascos, tampoco los obispos. Y ni siquiera la Iglesia española, tan dada a manifestarse por otras cosas. He aquí, pues, que a los clérigos no les parecen igual de mal todas las cosas que están mal. La cercanía de la Iglesia vasca con ETA (está más cerca que Irene Villa, Fernando Savater, Antonio Basagoiti, Rosa Díez, Mikel Buesa, etc., lo cual no es grave, sino muy grave) no ha propiciado la reacción indignada de la jerarquía católica, como en otros asuntos, sino que ha preferido mirar hacia otra parte, y ahora se encuentra con la rebelión de curas, dicen que auspiciada por quien debió ser expulsado de la Iglesia hace mucho tiempo.
Anasagasti compara el mensaje navideño del Rey con el programa ¡Aló, presidente! De Hugo Chávez, lo cual es una grosería de calibre grueso. Es que, además, dice que el mensaje del Rey no dice nada a los vascos, o sea que al resto de España sí. Ese bonito modo de insuflar odio quizá haya hecho sonreír a alguna de esas jerarquías católicas de la zona. Alice Miller tiene algunas teorías sobre el mal y sobre el odio. Mientras unos pregonan su malasombra, el Rey aprovecha las navidades para desear paz y felicidad. Yo también: FELICES FIESTAS.
1 comentario:
De igual modo... que tengas Felices Fiestas junto a sus seres queridos.
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