El tiempo transcurrido desde que se aprobó, más la situación actual, en la que hemos desembocado gracias a esa Constitución, proporciona todo junto una perspectiva adecuada para valorar ese texto. Algunos, como Montilla la defienden. Conviene añadir que se define como demócrata, catalanista, socialista, federalista, y algunas de esas cosas son antagónicas y otras se han de demostrar. Uno se puede definir como demócrata, pero si luego trata de imponer su criterio y de presionar al Tribunal Constitucional, demuestra no serlo. Por otro lado, se nota claramente que a Montilla, más que la Constitución, lo que le interesa es que le voten.
Quienes elaboraron la Constitución dan a entender que cedieron mucho, detalle sumamente significativo. Deberían haber intentado hacer el texto más justo. Quienes no cedieron nada y obtuvieron más de lo que les correspondía fueron los nacionalistas y aprovecharon tan bien las ventajas que ahora estamos sumidos en una crisis gravísima y no se pueden tomar las medidas necesarias a causa de lo alambicado de la Administración española. Aparte de que la prioridades de nuestros políticos no son las de resolver los problemas de los ciudadanos.
Se va recordando ahora, al salir a relucir una y otra vez el golpe de Estado, el acoso brutal al que fue sometido Suárez por parte de los socialistas y sus propios compañeros de UCD, incluso los que más le debían. Ellos, en lugar de reconocer sus errores, tratan de hacerlos pasar por méritos. El tan alabado espíritu de la Transición habría que apuntárselo todo a Adolfo Suárez, que llevaba años meditando sobre el asunto y sabía que era imprescindible. Por otra parte, los ciudadanos no deseaban otra guerra. Marco Aurelio dejó escrito que el mejor modo de vengarse de alguien es no parecerse a él, pero hay muchos que no lo han leído o no lo entienden. Son los que se empeñan en vengarse. Por el bien de los españoles, es urgente reformar la Constitución. Conviene erradicar en lo posible la arbitrariedad, procurando un sistema justo.
Quienes elaboraron la Constitución dan a entender que cedieron mucho, detalle sumamente significativo. Deberían haber intentado hacer el texto más justo. Quienes no cedieron nada y obtuvieron más de lo que les correspondía fueron los nacionalistas y aprovecharon tan bien las ventajas que ahora estamos sumidos en una crisis gravísima y no se pueden tomar las medidas necesarias a causa de lo alambicado de la Administración española. Aparte de que la prioridades de nuestros políticos no son las de resolver los problemas de los ciudadanos.
Se va recordando ahora, al salir a relucir una y otra vez el golpe de Estado, el acoso brutal al que fue sometido Suárez por parte de los socialistas y sus propios compañeros de UCD, incluso los que más le debían. Ellos, en lugar de reconocer sus errores, tratan de hacerlos pasar por méritos. El tan alabado espíritu de la Transición habría que apuntárselo todo a Adolfo Suárez, que llevaba años meditando sobre el asunto y sabía que era imprescindible. Por otra parte, los ciudadanos no deseaban otra guerra. Marco Aurelio dejó escrito que el mejor modo de vengarse de alguien es no parecerse a él, pero hay muchos que no lo han leído o no lo entienden. Son los que se empeñan en vengarse. Por el bien de los españoles, es urgente reformar la Constitución. Conviene erradicar en lo posible la arbitrariedad, procurando un sistema justo.
1 comentario:
La verdad que en todas partes creo, se asume un reclamo en relación a la Constitución vigente de los países, dado que los que lo elaboraron no percibieron de modo real la situación, ni las necesidades de la sociedad en su conjunto. La esperanza está en que se planteen reformas constitucionales mejor pensadas y escuchando las propuestas de la sociedad civil.
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