jueves, 4 de febrero de 2010

Vamos a la bancarrota, estúpido

Ya no se trata de aquel “es la economía, estúpido”, sino que la cuestión, por lo que a España respecta, es sumamente grave. Cuanto más tiempo transcurra más difícil será salir de la crisis. Tal y como están las cosas, ya no basta con hacer elecciones anticipadas, habría que hacer un gobierno de coalición que reformara todo el sistema político, para lograr otro mucho más eficiente y económico.
Habla Zapatero de bajar las pensiones y Botín está de acuerdo, ¿por qué no reducen los gastos de la clase política? Esa es la verdadera sangría de España. Lo cómodo es cebarse en la clase indefensa. La crisis se veía venir, pero hablar de ella era antipatriota. Tanto es así que la palabra crisis estuvo proscrita. No se tomaron medidas, porque no interesaba electoralmente y ahora los ayuntamientos están al borde la quiebra; en realidad, muchos de ellos deben de estar técnicamente quebrados; las Comunidades Autónomas están totalmente endeudadas y el Estado todavía más. Mientras las empresas adelgazan, en el intento de reducir gastos, los organismos políticos cada vez tienen más personal y más gastos. Los políticos, al contrario que los trabajadores, no están indefensos, no sienten peligrar sus pensiones y ni siquiera sus puestos de trabajo; si pierden el escaño en algún momento, los colocarán en otro sitio.
Creo que lo ideal sería conservar la idea básica de la Transición y aprovechar la experiencia adquirida para constituir un Estado de las Autonomías lo más justo posible, de modo que las inevitables injusticias que se produjeran fueran achacables a errores de cálculo y no a fallos del sistema o favoritismos. El número de políticos debería ser el mínimo imprescindible para funcionar y el sistema electoral debería proporcionar un mayor protagonismo a los ciudadanos. Los partidos nacionalistas no deberían poderse presentar en solitario a las elecciones generales. Eso de que ahora no existe el espíritu que hubo en los primeros tiempos tampoco es cierto. Probablemente, ahora hay mejor espíritu que entonces, si se exceptúa a dos o tres personajes.

1 comentario:

Unknown dijo...

Cierto, todo el mundo reconoce como ciertos los problemas, pero los encargados de solucionarlos, la clase política, nunca se unirían para luchar contra sus propios intereses. Nuestros dirigentes políticos lo son de profesión, si hay que votar en contra de tus más arraigados principios, pues votas, que lo principal es tener el culo caliente.
La excesiva masa de funcionarios que tenemos, están encantados de serlo y el pueblo llano que sufre los problemas, no tiene herramientas de protesta, de nada sirven grupos en el facebook de 400.000 seguidores si eso no se materializa en acciones concretas