Capítulo IV: 12º El que asistiere de otras partes del mundo o universo y quisiere ser torneante, tendrá derecho a ser informado muy cumplidamente; mas si su intención, Dios no lo quiera, fuera denostar e infamar este torneo, teniéndole por necio ante tal circunstancia, despídasele en mala hora. De http://es.wikipedia.org/wiki/Torneo_del_Toro_de_la_Vega
Vaya por delante que, aunque no he asistido nunca a una corrida de toros, no soy antitaurino. Creo que no lo he sido nunca, pero el mejor argumento que tengo para justificar eso es reciente: he leído Tauroética. Ahora bien, el hecho de que no sea antitaurino no significa que tenga que dar por bueno todo lo que se haga con los toros. Dicen que lo del Toro de la Vega es una tradición, pero ya se sabe que las tradiciones, en su mayoría, deben ir pasando al olvido, salvo alguna digna excepción, como la del Tribunal de las Aguas de Valencia, que esa sí merece ser conservada aunque sea de forma artificial.
Pero lo del Toro de la Vega no se sostiene, aunque ahora se ha encontrado un argumento nuevo, a la vista de que el de tradición no convence a nadie, y es que atrae a una gran cantidad de visitantes al pueblo. Como La tomatina de Buñol. Ya es un escarnio que un pueblo que tiene dos bandas de música de primer orden sea conocido por una costumbre estúpida; y aquí sí que no hay tradición, porque probablemente surgió en el franquismo. Llega mucha gente de todas partes del mundo, pero qué gente. Lo mejor de cada casa, sin duda. Dicen en ambos casos que ganan mucho dinero con eso, o sea que todo por la pasta. Ni siquiera la vergüenza por el qué dirán frena el desaguisado en ninguno de los casos. Y lo malo es que hay muchos más similares.
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