El Secretario General de la UGT, Cándido Méndez, dice que la derecha más conservadora y extremista, a la que algunos llaman liberal, tiene como objetivo desprestigiar a los sindicatos. Pero su mismo modo de referirse a esa derecha es un intento de desprestigiarla, de modo que hace lo mismo que aquellos de quienes se queja.
Si alguien dice que los sindicatos sólo se ocupan de los trabajadores y se desentienden de los parados, ¿puede entenderse como una crítica a su modo de actuar, o simplemente se intenta desprestigiarlos? ¿Admiten las críticas los sindicatos o sólo aceptan las de aquellos a quienes dan permiso para hacerlas?
Según la CNT-AIT, en 2010, la UGT recibió 6 114 669,00 euros de subvención, cantidad a la que habría que añadir 1 186 714,00 euros por los conceptos especificados en el Real Decreto 1971/2008, del 28 de noviembre. La CNT-AIT, según proclama en la página de la que se han extraído estos datos, es el único sindicato que rechaza las subvenciones del Estado. Esto no le gustará a Cándido Méndez. Tampoco le gustará a este barbudo sindicalista lo que dicen de su reloj de lujo algunos militantes de la CNT-AIT.
Habría que preguntarse, en el caso de que la UGT tuviera que despedir trabajadores, si se serviría de la ley actual, contra la que protesta, o aplicaría la anterior.
Estas cosas hay que mirarlas bien. En España, el dinero de los impuestos es una prerrogativa a la que nadie quiere renunciar. Tampoco se quejan quienes disfrutan de estos regalos estatales a costa del contribuyente de que algunos de los criterios con que se otorgan sean arbitrarios o parcialmente arbitrarios. Y a pesar de que bastantes de los contribuyentes pasan hambre no se vislumbra que ninguna de las organizaciones que ponen la mano opte por retirarla y apañarse con lo que pueda.
Lo que queremos es que España funcione, dijo un político hace tiempo. En la actualidad, como en aquel momento, se puede afirmar que a algunos españoles les va bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario