Debería haber dicho los prelados vascos, que ahora defienden la “reconciliación” entre los etarras y sus víctimas, pero es que los prelados todos suelen ir a favor de corriente. No sólo los vascos. Ahora presumen de que cada vez hay más gente que pone la X en la casilla de la Iglesia. Quieren ir al cielo y es más fácil poner la X, que ir a misa. Ignoro si los prelados prefieren la X o la asistencia.
Los prelados quieren ahora que los vascos se reconcilien, o sea que los verdugos y las víctimas se besen y se pidan perdón, porque las víctimas se pusieron en el camino de las balas y por culpa de eso algunos angelitos etarras están en la cárcel.
No han dicho los prelados que votar a Amaiur o a Bildu es una canallada. No lo han dicho, porque eso no es cosa suya. Lo suyo es instar a la “reconciliación”, predicar la bondad y todo eso. Lo de criticar a los votantes de Bildu y Amaiur es cosa de pensadores como Aurelio Arteta, que escribió Mal consentido, libro sobre el que los prelados, en el supuesto de que lo hayan leído, no van a hacer comentarios, no vaya a ser que se le cabreen algunos de sus feligreses.
Los prelados tampoco van a referirse a esos más de 300 asesinatos que falta esclarecer. Para ello ya está el libro Vidas rotas, sobre el que igualmente prefieren guardar silencio los prelados. Ni se les ocurre sugerir a quienes sea, ni ofrecer la indulgencia plenaria a quienes colaboren con la policía y los jueces al esclarecimiento de estos delitos. No vaya a ser que metan a más etarras en la cárcel y la “reconciliación” se vuelva más difícil.
Sería de una gran ingenuidad esperar que estos prelados pidan al Vaticano que castigue a los curas que se negaban a oficiar funerales por las víctimas de ETA, o que sean excomulgados Setién y Uriarte.
Lo que quieren los prelados es acaparar portadas. Son humanos.
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