domingo, 15 de septiembre de 2013

El “glorioso” asaltasupermercados

Hay un vivales por ahí, barbado él, que ha encontrado un filón en el delictivo hecho de asaltar supermercados.
Va de fiesta, porque en los gestos se les nota que se lo pasan bien y tampoco hace falta ver las caras, basta con imaginar el suceso, y encima consiguen votos con ello.
En el ámbito de los sectarios, todo lo que hagan los propios está bien. Quizá sea igual en todo el mundo, pero en España se puede asegurar que hay sectarios en todo el espectro político.
De modo que también se puede aventurar que deben de haber columnistas, y no pocos, que hayan escrito sesudos artículos en defensa de la práctica.
Sin embargo, bastas unas pocas palabras para desmontar todo eso: La única defensa que tienen los pobres es la ley.
Si se quebranta la ley, los pobres tienen todas las de perder. En el juego sucio, ganan los oligarcas, ganan los poderosos. Ese intento de emular a Robin Hood es una burla a los pobres.
Suelen decir que los trabajadores que votan al PP son tontos. No lo voy a negar. ¿Pero qué son los que votan al PSOE o IU? Más tontos todavía son los que votan al PNV o a CiU.
Fue el PSOE el que suprimió la poca independencia de que disponían los jueces. La explicación que dio fue convincente. El resultado vino a ser el mismo que si a alguien que tuviera un cáncer en la garganta le hubieran cortado el cuello.
Quienes quieran defender a los pobres deben reclamar la independencia absoluta con respecto a los demás poderes del Poder Judicial.
Los jueces independientes son los únicos que pueden meter en vereda, o incluso en la cárcel, a los oligarcas. Son los únicos que pueden dar la razón a un pobre, pero honrado, como se decía antes, que litigue con un poderoso abusón.
Claro que un juez independiente también podría meter en la cárcel a ciertos despabilados.

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