lunes, 30 de septiembre de 2013

El peligro de las manifestaciones

En España, todos los que se sentido capaces de movilizar a las masas lo han hecho. Los curas, los partidos políticos, los sindicatos y hasta alguna que otra asociación.
El derecho a manifestarse es una de las armas democráticas y a menudo, sobre todo en el caso de pequeños grupos humanos, constituye el último recurso de quienes han agotado todas las demás vías.
Cuando se trata de grandes manifestaciones, el motivo ya no es llamar la atención o despertar la solidaridad de las gentes, sino que se convierten en manifestaciones de fuerza mediante las que se intenta forzar la voluntad de las autoridades legítimamente constituidas.
Ocurre además que estos grandes grupos disponen de todas las vías legales que el Sistema tiene establecidas. La organización de estas grandes manifestaciones tampoco suele ser gratuita, puesto que se fletan caravanas de autocares y se les de comer a quienes participan.
La manifestación es un recurso democrático que cuando se usa de modo inapropiado se convierte en un arma antidemocrática.
Lo propio de la democracia es que las cosas se consideren sosegadamente y tras la reflexión el ciudadano deposite su voto secreto. Hay que apuntar la reflexión, el sosiego y el sentido de la responsabilidad como valores democráticos. La experiencia demuestra que quienes se manifiestan denotan en sus gestos determinación, enfado y vehemencia.
Ahora bien, si a cada uno de los manifestantes se les hiciera pasar un breve cuestionario de tan solo cuatro o cinco preguntas sobre el motivo por el que se manifiestan, saldría a la luz el profundo desconocimiento de la inmensa mayoría de ellos del asunto que defienden con tanta firmeza.
La pregunta que habría que hacerles a esos que convocan manifestaciones a las acuden decenas de miles de personas es ¿por qué no incitan a sus seguidores a la reflexión, el estudio y la toma de conciencia responsable? A los manifestantes baleares, padres de alumnos, cabría preguntarles: ¿qué les interesa más, la lengua catalana o sus hijos?

No hay comentarios: