viernes, 27 de septiembre de 2013

Procede disolver al PSOE

José Luis Rodríguez Zapatero es un señor que allá por donde pasa sucede una catástrofe. Él sale sonriente, con el traje impecablemente planchado, como si no tuviera nada que ver con el ruido que oye a sus espaldas.
Considera que ha hecho lo que “debía” hacer y que lo sucedido no tiene nada que ver con su gestión y si tiene que ver pues mala suerte.
Sucedió con España, a la que dejó al alcance de los buitres. Con esto ocurre algo curioso y es que muchos de los que se burlan de Rajoy, o lo atacan sin piedad, aplaudían a Zapatero cuando cometía sus desmanes. Yo siempre he criticado a los dos, así que no se me puede acusar de sectarismo.
Zapatero dejó el gobierno porque el país estaba en ruinas y a continuación intentó que lo hicieran marqués o duque, o algo de eso.
El PSOE también quedó para el arrastre, y no lo endereza ni Dios. Mucho menos Rubalcaba, que ya no sabe qué tecla tocar sin desdecirse de las actuaciones del anterior gobierno, en el que estaba él.
Por supuesto que Zapatero supo rodearse de gente de su talla, y ahí estaban Maragall primero y Montilla. Con este último estuvo también su esposa, que creo que tuvo muchos cargos. Son personas importantes los Montilla.
Y el desbarajuste cada vez es mayor. El PSC se ha alineado con CiU, ERC e ICV. Menuda torta mental llevan.
Lo ideal sería que todos los socialistas que no estén imputados y que sigan teniendo fe en el ideario que les llevó a unirse al partido se pasaran en bloque a UPyD, el único partido limpio, al menos por ahora, y que defiende postulados que a ningún socialista le debe costar asumir.
Ocurra o no ese trasvase de afiliados, los votantes socialistas deberían ser consecuentes y votar a UPyD. El socialismo y el nacionalismo no tienen nada en común.

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