jueves, 2 de abril de 2015

El cambio de opinión de Manzanares

Me causó sorpresa lo que escribió José Luis Manzanares en su artículo titulado El difícil parto de nuestra prisión permanente revisable, en el que se puede leer lo siguiente «Mi sorpresa aumentaba, porque éramos nosotros, y no los suecos, por ejemplo, quienes más necesitados estábamos de instrumentos legales para combatir eficazmente el terrorismo. Si hubiéramos contado a su debido tiempo con la prisión permanente revisable, nos habríamos evitado muchas excarcelaciones de asesinos terroristas en serie que nunca dieron la menor muestra de resocialización o arrepentimiento.»
Y es que en otro artículo publicado el 28 de junio de 2011, decía lo siguiente: «Pero vayamos al derecho penal. La prisión perpetua, por muy posible que sea su revisión, siempre será una pena inhumana, indigna y, consecuentemente, inadmisible en un país avanzado como España. Toda una lección para Francia, Reino Unido, Italia, Austria  y el resto de países de una Europa retrógrada.»
Los cambios de opinión, cuando son razonados y pueden ser explicados y no se deriva de ellos un beneficio material para quien los lleva a cabo deben ser aplaudidos. Ignoro si será el caso del señor Manzanares.
En lo que a mí respecta y sobre la pena de prisión permanente revisable que nos ha recetado el Partido Popular, el pasado 3 de febrero escribí lo siguiente: «En la actual situación española podría dar lugar a cambalaches, lo cual representaría una burla al pueblo, aunque el pueblo esté dispuesto a admitirla. Podría dar lugar incluso, según el partido que ganara las elecciones, a una suelta masiva de etarras.»
Me escama que José Luis Manzanares no haya reparado en este último punto. Hay un dato fundamental en el caso de la Justicia, y es que es absolutamente necesario que sea independiente, para la buena salud mental de todos. Porque mientras la Justicia esté politizada nadie puede sentirse a salvo del Poder. Y sólo hay un partido que exige la independencia judicial.

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