domingo, 5 de abril de 2015

La 'ecuanimidad' de Juan Carlos Rodríguez Ibarra

En España no es raro que algún político que otro ponga a Dinamarca o Noruega como ejemplos de países civilizados y democráticos.
Lo raro es que los políticos que hacen eso se comporten como los de los países que dicen admirar, porque su modo de actuar se parece más al de los ministros de Mohamed, ese reyezuelo que se pasa la vida importunando a España y ocupando ilegalmente el Sahara, y en cuanto da un silbido corren a su lado el Rey, Zapatero, o quien sea.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra critica a Arturo Mas y Oriol Junqueras, por desleales, cosa en la que acierta. ¿Cuánto vale la conciencia y honor de Mas y Junqueras?, se pregunta. Pues nada, es obvio. Las cosas aún son peores, puesto que han roto familias y amigos de toda la vida han dejado de serlo. Y han dificultado en gran manera la salida de la crisis, con sus políticas y sus derroches.
Pero se da el caso de que el expresidente extremeño, que en sus tiempos era conocido por los suyos como Rodríguez y Barro, y por la oposición como el bellotari, critica a Rajoy por su inmovilismo en el caso, y tiene razón. Pero olvida que González y Zapatero tienen más culpa que el actual presidente del gobierno de la situación a la que se ha llegado. Y Aznar, pero a éste, cucamente, no lo iba a citar el extremeño, por motivos que no es necesario comentar. Incluso el propio Rodríguez Ibarra es culpable, puesto que cuando se aprobó la Constitución él ya era alguien importante en el PSOE.
Digamos que como directivo del PSOE está de acuerdo con la deriva nacionalista de este partido en algunas comunidades autónomas, e incluso su modo de hacer política en Extremadura podría tildarse de nacionalista, pero le resulta rentable electoralmente atacar de boquilla a los nacionalistas y al PP. En la actualidad le sirve para estar en el candelero y ayudar a su partido.

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