sábado, 14 de noviembre de 2015

La oferta de Urcullu a Mas

Lo que le propuso Urcullu a Mas no tenía como objetivo mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, sino conseguir que los nacionalistas acrecentaran su poder. O sea, esclavizar más a los ciudadanos.
El nacionalismo, diga lo que diga el columnista González, desemboca necesariamente en el separatismo. El nacionalismo es una ideología moralmente indecente. Muchos vascos, católicos practicantes, o sea, solidarios, puesto que aman al prójimo como a sí mismos, luego votan al PNV, porque defiende lo de aquí, lo nuestro, etc., o sea que se reconvierten en egoístas, e insolidarios porque miran para otro lado, porque no quieren líos, para no complicarse la vida, etc.
No se plantean los nacionalistas vascos que ETA no se entiende sin el PNV. O sea, que sin este partido, la banda terrorista no habría existido, o habría durado muy poco. El nacionalismo ha proporcionado coartadas sin cuento a los etarras y sus cómplices activos o pasivos. Pero al PNV no le importa el daño que ha hecho, sólo piensa en los privilegios que puede seguir logrando. Nada que ver con la democracia, en donde deben prevalecer el espíritu de justicia y el imperio de la ley.
El daño que ha hecho el nacionalismo catalán, con ser grande lo que se vislumbra, todavía no se ha manifestado en toda su crudeza. Está a la vista que ha roto muchas familias y desbaratado amistades, pero muchos se niegan a ver que por culpa de los nacionalistas es más difícil salir de la crisis, y que sin los nacionalistas a lo mejor no habríamos incurrido en ella, porque han venido condicionando la vida política desde el principio. Sin los nacionalistas todo habría sido diferente.
Cataluña, con la ayuda del resto de España, se podría haber convertido en la región más próspera de Europa. Gracias a los nacionalistas se va a hundir, y ese hundimiento de Cataluña perjudicará también al resto de España.
Urcullu y Mas son dos personajes nefastos y no pueden idear nada bueno.

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