lunes, 27 de marzo de 2017

Podría aplaudir a Javier Marías

Me refiero al artículo de ayer en la Zona Fantasma, en el que Javier Marías ataca, con fundamento, a los partidos políticos españoles, si no fuera porque en la crítica falta uno, como si ese partido político que falta fuera pan bendito, cuando no lo ha sido nunca, ni va camino de serlo jamás.
Ojalá el PSOE hubiera tenido un ideario alguna vez y hubiera intentado ser fiel al mismo, pero se ha convertido en una estructura cuya única finalidad es conseguir el poder y con ese objetivo no duda en abrazar el nacionalismo, tan ajeno a la causa socialista, o en traicionar a sus víctimas del terrorismo. Y a las demás también, claro. Si el PSOE fuera un partido decente ahora no estaríamos soportando a Podemos, Bildu, ni a los nacionalismos vasco y catalán.
Ante cierto público queda muy bonito atacar al PP e incluso vincularlo con Franco, aunque desde un prisma intelectual esto no se sostiene. A ningún partido que acepte el juego democrático y no se perciban en él intenciones involucionistas se le puede vincular con el franquismo. Esas intenciones involucionistas sí están en otros partidos, como los nacionalistas, porque el nacionalismo es incompatible con la democracia, o Podemos, que desde su nombre a su modo de actuar remite al chavismo,
La tendencia totalitaria está presente en los españoles desde mucho antes de Franco, diríase que desde siempre, y eso se nota hasta en los partidos de izquierdas, PSOE incluido. Se debe, indudablemente, a que en España sólo ha habido absolutismos y dictaduras. Con el advenimiento de la democracia se estaba en camino de que esto cambiara. Habría hecho falta la separación efectiva de poderes, pero fue precisamente el PSOE el que enterró a Montesquieu, y forma parte del anecdotario de este partido aquello de: «El que se mueva no sale en la foto».
El PSOE es necesario para España, pero el PSOE que conocemos no ha traído más que males a España.


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