miércoles, 27 de diciembre de 2006

Cocaína

Según una noticia que se publicó en días pasados, la mayor parte de los billetes en circulación contienen restos de cocaína. Supongo que esto viene a significar que el número de personas que la consume es desmesuradamente alto. Mira cuántas cosas necesitan mis conciudadanos para sentirse vivos, dijo Sócrates ante el mercado. A esa cantidad de cosas que asombraba a Sócrates hay que añadir la cocaína. El hecho de que haya tanta gente que opte por consumir drogas evidencia que algo falla en las motivaciones colectivas. Los políticos y los demás conductores de masas deben de estar haciendo algo mal. Cuando alguien busca llenar su vida mediante el consumo o la acumulación de bienes materiales, o buscando aventuras y al final recurriendo a las drogas, es porque ha renunciado a indagar en su interior. Desconoce las posibilidades de la imaginación y la capacidad del entendimiento. Temeroso de indagar en sus posibilidades, se lanza en la búsqueda de cosas fatuas y vanas. Volviendo a Sócrates, recuerdo que tiempo atrás le conté a alguien, bastante pretensioso él, y consumista, que el sabio había preferido morir antes que perder su dignidad. Yo creía que mi interlocutor olvidaría todo enseguida. Sin embargo, dos o tres días después, me demostró que lo había estado meditando: Oye, ese Sócrates estaría harto de la vida, ¿no?

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