Carmen Sánchez Carazo, pionera en la lucha contra el acoso moral en el trabajo y abanderada de los derechos de los discapacitados, cuenta en Ocio Crítico que Esperanza Aguirre, sin licencia y sin estar aprobado el plan general, está destruyendo un parque infantil, para sustituirlo por un campo de golf. Y ya tenemos el golf de nuevo en liza, pero lo que interesa resaltar ahora es el hecho de que Esperanza Aguirre, que ha recorrido toda la escala política y sobre la que ya se han escrito libros, debería ser más respetuosa con las leyes que ella misma ha contribuido a crear. Pensar que porque las encuestas le concedan ventaja sobre sus rivales políticos, si es que se la conceden, puede actuar con prepotencia y desprecio a la legislación es impropio y este detalle le sitúa en un nivel político muy bajo, puesto que con ello demuestra que sus convicciones democráticas y su respeto al prójimo son nulas. Pero también puede ser que haya tenido uno de esos sonados lapsus suyos, como cuando se refirió a Doña Sara Mago. Puede que esté preocupada en como llegar a fin de mes con su, para ella, exiguo sueldo y ello le haya impedido reparar en menudencias. Hay que conseguir que ese campo de golf, si finalmente se autoriza, vaya a otro lugar y que el parque siga a disposición de sus usuarios.
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