¿Qué es The International Society for Philosophical Enquiry (ISPE)? Es una asociación en las que sus componentes tienen un C.I. superior al del 99,9 por ciento de la población. Quien quiera conocer más detalles, los puede encontrar en su web y también en la wikipedia.
Hay que decir que el asociacionismo es bueno y recomendable. El hecho de que un grupo de personas con características o aficiones comunes, sean las que sean, dentro de lo que permite la ley, forme una asociación, siempre termina por rendir beneficios a la sociedad. Y cuanto mayor número de componentes tenga la asociación, más grande será el beneficio.
Que haya asociaciones que traten de agrupar a las personas más inteligentes debería ser visto con optimismo e ilusión. Puesto que la sociedad crea individuos muy inteligentes, debe agotar todas las formas de utilizar esa inteligencia para beneficio general.
Creo que conviene decir que la inteligencia no es más que una de las cualidades que tenemos los humanos. Y cada uno la utiliza a su manera. Quizá la desconfianza que tienen algunos hacia las personas más inteligentes provenga del mal uso que hacen de su propia inteligencia. Lo que importa, pues, del ser humano es su voluntad, lo que decide hacer con su vida y con sus capacidades. Entre las personas más inteligentes también los hay quienes son mejores y peores, como todos sabemos.
Convendría recordar que un superdotado intelectual tiene algunas característas diferentes de las de los demás. Esto es obvio, pero se pretende olvidar. También a otros grupos humanos les ocurre lo mismo. Estas diferencias pueden generar el rechazo social en algunos casos. Por otro lado, un niño superdotado, que no sabe que lo es, puede sentirse raro.
Cuando alguien me pregunta por lo que puede ganar si se une a Mensa o ISPE, respondo que es mejor plantearse qué es lo que uno puede aportar a la asociación. Tratar de ser útil a los demás es la mejor meta. Entre los objetivos de ISPE figura el de animar a los miembros a servir y hacer contribuciones a la humanidad y fomentar las comunicaciones entre los miembros que tengan similares intereses o aficiones.
Una persona muy inteligente también se equivoca. Camilo José Cela decía que el hecho de que alguien haya acertado en una cosa no significa que tenga que acertar en todas las demás. La opinión de un superdotado, entonces, puede ser equivocada y si se indaga entre los personajes famosos sumamente inteligentes se encontrará que cometieron innumerables errores. Pero un grupo de superdotados -y cuanto más amplio, mejor- debatiendo sobre un asunto, llega en menos tiempo a conclusiones más fiables -aunque tampoco infalibles- que el resto de la gente. Internet facilita mucho las cosas en orden al escaso tiempo del que se dispone por lo general. En los grupos de Mensa y de ISPE se discute sobre lo divino y lo humano y no queda ningún campo del saber por hollar. La simple lectura de los mensajes de esos grupos sirve de estímulo intelectual y siempre se acaba por conocer personas cuyo trato resulta muy agradable.
Hay que decir que el asociacionismo es bueno y recomendable. El hecho de que un grupo de personas con características o aficiones comunes, sean las que sean, dentro de lo que permite la ley, forme una asociación, siempre termina por rendir beneficios a la sociedad. Y cuanto mayor número de componentes tenga la asociación, más grande será el beneficio.
Que haya asociaciones que traten de agrupar a las personas más inteligentes debería ser visto con optimismo e ilusión. Puesto que la sociedad crea individuos muy inteligentes, debe agotar todas las formas de utilizar esa inteligencia para beneficio general.
Creo que conviene decir que la inteligencia no es más que una de las cualidades que tenemos los humanos. Y cada uno la utiliza a su manera. Quizá la desconfianza que tienen algunos hacia las personas más inteligentes provenga del mal uso que hacen de su propia inteligencia. Lo que importa, pues, del ser humano es su voluntad, lo que decide hacer con su vida y con sus capacidades. Entre las personas más inteligentes también los hay quienes son mejores y peores, como todos sabemos.
Convendría recordar que un superdotado intelectual tiene algunas característas diferentes de las de los demás. Esto es obvio, pero se pretende olvidar. También a otros grupos humanos les ocurre lo mismo. Estas diferencias pueden generar el rechazo social en algunos casos. Por otro lado, un niño superdotado, que no sabe que lo es, puede sentirse raro.
Cuando alguien me pregunta por lo que puede ganar si se une a Mensa o ISPE, respondo que es mejor plantearse qué es lo que uno puede aportar a la asociación. Tratar de ser útil a los demás es la mejor meta. Entre los objetivos de ISPE figura el de animar a los miembros a servir y hacer contribuciones a la humanidad y fomentar las comunicaciones entre los miembros que tengan similares intereses o aficiones.
Una persona muy inteligente también se equivoca. Camilo José Cela decía que el hecho de que alguien haya acertado en una cosa no significa que tenga que acertar en todas las demás. La opinión de un superdotado, entonces, puede ser equivocada y si se indaga entre los personajes famosos sumamente inteligentes se encontrará que cometieron innumerables errores. Pero un grupo de superdotados -y cuanto más amplio, mejor- debatiendo sobre un asunto, llega en menos tiempo a conclusiones más fiables -aunque tampoco infalibles- que el resto de la gente. Internet facilita mucho las cosas en orden al escaso tiempo del que se dispone por lo general. En los grupos de Mensa y de ISPE se discute sobre lo divino y lo humano y no queda ningún campo del saber por hollar. La simple lectura de los mensajes de esos grupos sirve de estímulo intelectual y siempre se acaba por conocer personas cuyo trato resulta muy agradable.
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