Tengo un conocido, con el que afortunadamente hace tiempo que no coincido en ninguna parte, que siempre repetía la misma cantinela: yo, cómo el sabio aquel, "sólo sé que no sé nada". Le tengo castigado a que jamás sepa que ese sabio fue Sócrates. Ahora llega Rubalcaba y dice que los políticos suelen ser vanidosos y que les cuesta mucho admitir que desconocen algo. De todo ha de haber en la viña del Señor, de los que saben y de los que no saben. Rubalcaba es de los primeros. "Sería bueno que Batasuna estuviera en las elecciones; naturalmente, cumpliendo la ley", dice. Sabe, pues, como hacer para que el gobierno logre lo que quiere, o sea gane, y que Batasuna gane también, y que los ciudadanos perdamos. Porque el hecho de que el Estado negocie con una banda de asesinos y les haga concesiones políticas es una humillación para los ciudadanos. Abandonar la violencia es fácil. De Juana Chaos la abandonó entre atentado y atentado. Lo que hay que hacer es meter en las molleras de los simpatizantes de ETA que no hay ninguna excusa para sus crímenes, ni para la existencia de la banda. Y para quien delinque no hay más solución que aplicarle la ley. No hay nada gratuito en la vida. Todo lo que hacemos ahora será estudiado y revisado en el futuro. Todo lo que se haga mal, inevitablemente pasará factura. Quien quiera participar en la política, puede seguir el ejemplo de un grupo de ciudadanos, que fundó un partido llamado precisamente Ciudadanos y se presentó a las elecciones. No es de recibo que se pretenda "blanquear" o adaptar un partido que se creó precisamente para dar cobertura política y respaldo social a los asesinos.
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