Un grupo de energúmenos ha derribado el toro de Osborne que había en El Bruc. Los autores, en su inmensa torpeza, dijeron que habían limpiado la silueta de la montaña sagrada de la inmundicia cornuda española que la ensuciaba. Y es que las cosas son así. Hay memos que tienen tendencias peligrosas, pues pretenden salvar a la humanidad, o parte de ella. El peligro consiste precisamente en que si se salieran con la suya, la memez se extendería. Los tipos que la han tomado con el toro proclaman su memez al decir que limpian una montaña sagrada, con lo que demuestran que se creen puros. Su pureza proviene del hecho de que son catalanes. Este dato ya es bastante significativo y quizá convendría internarles en un centro de estimulación cerebral, si lo hay, para ver si se les puede recuperar para el mundo civilizado. La memez, como es sabido, no suele ir sola, sino que en este caso lleva aparejada la zafiedad más absoluta. ¿Qué es eso de inmundicia cornuda española? Si el separatismo se basa en alguna supuesta superioridad de Cataluña sobre el resto de España, el separatismo es cosa de tontos. Por otra parte, el toro es un animal totémico, que simboliza la fuerza, el coraje, la nobleza, el espíritu de lucha, etc.; probablemente, las personas hemos aprendido mucho de los toros; no pueden haber eludido los asistentes a las corridas de toros una secreta envidia hacia las armas del noble y valeroso animal, para a renglón seguido tratar de emularlas. A los tontos se les suele escapar lo bueno y en el caso de los energúmenos citados, además, pretenden menospreciar lo que en modo alguno entienden. Al derribar el toro de El Bruc, por otra parte, no protestan contra las corridas de toros. Su acción tendría algún sentido si lo hubieran hecho por este motivo, dado el castigo que se inflinge al animal durante las corridas, si al mismo tiempo se hubiera protestado también contra la pesca con caña, el consumo de foie grass o de langosta, por ejemplo. Pero no, el sufrimiento de los animales no importa. Se trata de ofender a una parte de la humanidad.
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