El rey de Marruecos, Mohamed VI, ha dicho en un discurso que no piensa renunciar ni a un grano de arena del Sahara Occidental. Las cosas pueden verse de otra manera: ¿Qué ocurriría si el tal monarca tuviera que tragarse un grano de esa arena que considera suya por cada detención arbitraria que se produjese? Más vale no pensarlo.
Algunos de los datos dignos de tener en cuenta son los siguientes: Mohamed VI es una de las personas más ricas del mundo; Marruecos es uno de los países más pobres; la forma de gobierno de Marruecos es dictatorial. Cabe añadir que el discurso rezuma crueldad y fría determinación, y que omite decir que la cuestión del Sahara ya ha sido debatida en la ONU, la cual ha dado la razón a los saharauis. Lo que ocurre es que para que las resoluciones del alto organismo internacional se cumplan han de concurrir determinadas circunstancias concretas y cuando ocurre así son papel mojado.
Mohamed VI puede pisotear de tal modo a los saharauis porque se sabe apoyado. Francia le apoya. La grandeur de la France no se resiente por ello. La grandeur de la France consiste en procurar la grandeur de los estómagos de los franceses. También los Estados Unidos de América apoyan al monarca alauita. Los deseos de regeneración de Obama no llegan a este rincón del mundo. Tampoco Zapatero, que se ha hecho tan amigo suyo, se lo ha sabido explicar. Hay que comprender, por otro lado, que para el dirigente de una nación tan grande como la de Obama resulta difícil hacerse una idea de los propósitos de una nación tan pequeña como el Sahara. A los saharauis sólo les apoya un minúsculo partido español, UPyD, que, como ellos, trata de sobrevivir sin medios ni apoyos.
Algunos de los datos dignos de tener en cuenta son los siguientes: Mohamed VI es una de las personas más ricas del mundo; Marruecos es uno de los países más pobres; la forma de gobierno de Marruecos es dictatorial. Cabe añadir que el discurso rezuma crueldad y fría determinación, y que omite decir que la cuestión del Sahara ya ha sido debatida en la ONU, la cual ha dado la razón a los saharauis. Lo que ocurre es que para que las resoluciones del alto organismo internacional se cumplan han de concurrir determinadas circunstancias concretas y cuando ocurre así son papel mojado.
Mohamed VI puede pisotear de tal modo a los saharauis porque se sabe apoyado. Francia le apoya. La grandeur de la France no se resiente por ello. La grandeur de la France consiste en procurar la grandeur de los estómagos de los franceses. También los Estados Unidos de América apoyan al monarca alauita. Los deseos de regeneración de Obama no llegan a este rincón del mundo. Tampoco Zapatero, que se ha hecho tan amigo suyo, se lo ha sabido explicar. Hay que comprender, por otro lado, que para el dirigente de una nación tan grande como la de Obama resulta difícil hacerse una idea de los propósitos de una nación tan pequeña como el Sahara. A los saharauis sólo les apoya un minúsculo partido español, UPyD, que, como ellos, trata de sobrevivir sin medios ni apoyos.
2 comentarios:
La política se basa en el arte de mentir y engañar. No sé si esto lo dijo alguien del pasado, de esos a los que se les da tanta importancia una vez "defuncionados", o si se me ha ocurrido a mí sola. Me importa poco porque es así simplemente.
Vaya, Vicente
Veo que cierto comentarios los admite
Otros ni los publica
Actitud cobarde, censura nefasta
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