Se nos dice que la ley conocida como Ley Beckahm fue establecida con el fin de atraer a científicos e investigadores a España. Esto es, más o menos, una de esas tomaduras de pelo a las que nos tienen acostumbrados los políticos. Esta ley no podía hacerse más que para los futbolistas; alegar que con ella se pretendía llenar España de científicos, cuando lo que primaba aquí era el ladrillo, parece una guasa.
Dicen que no hay que generalizar, que todos los políticos no son iguales. Y es cierto. Unos son más altos que otros; a algunos les gusta el whisky, otros lo tienen prohibido por el médico; los hay que gustan de hacer deporte; otros van de caza, escopeta en ristre; debe de haber algún que otro aficionado al fútbol y de entre los que tengan esa afición los habrá partidarios de diferentes equipos. Es decir, cada político es diferente de todos los demás. Ahora bien, todos los políticos, a la hora de votar, pulsan el botón que les mandan. Y todos, ¿todos? los políticos comparten la misma pulsión por el poder. Esa pulsión podría haber sido calificada de algún modo, porque no se entiende que acepten tan fácilmente esa disciplina cuartelera.
Los clubes de fútbol españoles, que son los que han de pagar esos impuestos que hasta ahora se ahorraban, hacen lo que quieren. Consiguen permisos de obra con rapidez, se les hace la vista gorda si se exceden, se les recalifica lo que piden y se les perdonan deudas. No es extraño que ahora amenacen con una huelga. La irresponsabilidad de los dirigentes futbolísticos está más que demostrada.
A los grandes intelectuales que recaen en España, o regresan, enseguida tratan de instrumentalizarlos los políticos, situándolos en Consejos de Cultura, o similares. Encima los utilizan para justificar tratos de favor a los clubes de fútbol.
Dicen que no hay que generalizar, que todos los políticos no son iguales. Y es cierto. Unos son más altos que otros; a algunos les gusta el whisky, otros lo tienen prohibido por el médico; los hay que gustan de hacer deporte; otros van de caza, escopeta en ristre; debe de haber algún que otro aficionado al fútbol y de entre los que tengan esa afición los habrá partidarios de diferentes equipos. Es decir, cada político es diferente de todos los demás. Ahora bien, todos los políticos, a la hora de votar, pulsan el botón que les mandan. Y todos, ¿todos? los políticos comparten la misma pulsión por el poder. Esa pulsión podría haber sido calificada de algún modo, porque no se entiende que acepten tan fácilmente esa disciplina cuartelera.
Los clubes de fútbol españoles, que son los que han de pagar esos impuestos que hasta ahora se ahorraban, hacen lo que quieren. Consiguen permisos de obra con rapidez, se les hace la vista gorda si se exceden, se les recalifica lo que piden y se les perdonan deudas. No es extraño que ahora amenacen con una huelga. La irresponsabilidad de los dirigentes futbolísticos está más que demostrada.
A los grandes intelectuales que recaen en España, o regresan, enseguida tratan de instrumentalizarlos los políticos, situándolos en Consejos de Cultura, o similares. Encima los utilizan para justificar tratos de favor a los clubes de fútbol.
4 comentarios:
Creo que ayer leí en alguna parte (impreso, que el ordenador lo recuperé muy tarde y me dediqué a instalar programas), que si derogan esta ley, los futbolistas se negarán a jugar en clubs españoles... Pues estupendo. Ni falta que hace, como si nosotros no tuviésemos buenos jugadores. A ver si así se acaba con tanto chanchullo de una vez.
Porque lo que expones es evidente, dicha ley fue creada sólo para futbolistas. Lo de los cientifícos es de risa, cuando los nuestros se nos van al extranjero porque aquí no tienen medios ni futuro.
Hasta nuestras enfermeras son más valoradas en Gran Bretaña.
¿A quien creen que engañan?
Tampoco tú haces falta en el mundo
bloguero, y sin embargo, aquí estás dando el coñazo.
Afortunadamente, el arreglo de tu ordenador durará poco y volverás a tu ociosa e inútil vida.
Malo, malo, ejercer censura, Torres
Eso es de cobardes
Admita los comentarios negativos y rebátalos, pero no use sus tijeras
Dice muy poco a su favor
Hay que ver qué cosas trajo esta ley del PP.
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