domingo, 2 de enero de 2011

¡Che!, Pepiño, ¡che!

Contaba Américo Castro a principios del siglo XX que en las casas francesas preferían criadas italianas, griegas o argelinas antes que españolas, dado el carácter imperativo de estas. Dados los tiempos que corren, quizá sea conveniente aclarar que no se refería a las mujeres españolas en particular, sino a los españoles en general. Poco cabe aducir a esto, puesto que actualmente estamos en Estado de Alarma.
Una prueba más de ello es que Elena Valenciano, que manda mucho en el PSOE, ha dicho: “no consentiremos que le llamen Pepiño”. O sea que cualquier día nos cae un marrón por llamarle Pepiño. Algunos de la zeja son más drásticos: Quien le llame Pepiño es un facha. Es lo que tiene la facilidad de síntesis. Lo que ocurre es que Pepiño es muy gracioso, lo que lleva a que se le trate de este modo. Eso también deberían tenerlo en cuenta antes de sacar la máquina de prohibir. Él mismo ha dicho que podría llamarle Marianico a Rajoy, pero que no lo va a hacer. En lugar de eso le ha llamado ni-ni.
Pepiño es tan gracioso que ha dicho que si ha subido la luz es por culpa del PP. Gracioso y además prudente. Durante todos estos años pasados en que ha estado en disposición de dárnoslo nos ha evitado el disgusto de decirnos: mirad que os vamos a subir la luz y lo haremos en el momento en que más os duela y todo por culpa del PP. Pero se lo ha callado y en lugar de eso su gobierno se ha dedicado a repartir cheques y subvenciones, reparar aceras en buen estado etcétera.
Y es tan gracioso y simpático Pepiño que ha estado ocultando durante mucho tiempo que la burbuja inmobiliaria es obra del PP. Callaba Pepiño lo de la burbuja cuando Zapatero presumía de haber adelantado a Italia y de estar a punto de sobrepasar a Francia. ¡Ah!, Pepiño, que prudente fue. No quiso asustarnos con lo que se nos venía encima. Habría que recordar, como nota simpática también, aquella confesión suya de que no había querido interferir en la voluntad de los votantes estadounidenses. Quizá sea por eso por lo que, cariñosamente, se le llama Pepiño.

'Mal consentido'
'Factor Emocional'
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'Guía de supervivencia de Amelia frente a matones'
'El Quijote contado a los niños'
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