lunes, 17 de enero de 2011

Laporta exige seguridad en Valencia

No estamos tan mal los españoles como nuestros recientes antepasados que se enzarzaron en una guerra civil, por no saber defender sus posturas civilizadamente, pero tampoco podemos echar las campanas al vuelo. En algunos foros se insta a recibir a Joan Laporta “como se merece”.
Habría que recordarles lo que Hamlet le dijo a Polonio: “Si hubiera que tratarnos según nos merecemos, nos tendrían que moler a palos a todos. Trátalos de acuerdo con tu propio honor y respeto.” Es sonrojante que venga alguien a dar una charla y haya que poner policía para garantizar la integridad del orador. Esas cosas no deberían ocurrir en Valencia.
Por otro lado, cabe reconocer que el hecho de que un partido nacionalista e independentista se llame Solidaridad es risible. ¿De qué solidaridad pueden alardear? O se es solidario o no se es. No se puede ser solidario con unos y no con otros.
En lo que a mí respecta, no pienso acudir a dicho acto. Si no vi el partido en que España se proclamó campeona del mundo, ¿por qué tendría que acudir a escuchar las tonterías que a buen seguro dirá el citado caballero? El tiempo es oro y no lo regalan, hay que aprovecharlo bien. Si en lugar de ser Joan Laporta el orador fuera Fernando Savater, para disertar sobre alguna de las interesantes cuestiones de las que se ocupa, o Eduardo Punset, por referirme a un catalán, entonces sí que es probable que hiciera los posibles por acudir. Pero desde luego que el hecho de escuchar a Laporta –supuesto meramente teórico- no me daría deseos de abrirle la cabeza y ni tan solo de interrumpirle. Probablemente, me arrancaría una serie de bostezos, que trataría de disimular o, si estuviera en plan caritativo, me inspiraría lástima. Pero hay gente que lo escucha y le cree.
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